Un gol que nunca existió, terminaría por sentenciar la suerte de un Brasil divorciado del jogo bonito con Dunga a la cabeza. Sería Raúl Ruidíaz, 11 minutos después de haber ingresado por Edison Flores, quien metería la pelota ayudado por la mano para la decisión arbitral más infame de aquella Copa América Centenario. Y es que el uruguayo Andrés Cuhna, asistido por la novedad del videoarbitraje, falló a favor del tanto con el que la selección peruana terminaría venciendo 1-0 a la ‘Canarihna’, clasificando así a cuartos de final del torneo y de paso, eliminado a los brasileños.