Las famosas posadas navideñas, de diciembre, están instauradas en México desde siglos atrás, convirtiéndose en una de las tradiciones más representativas de la nación. Incluso, su popularidad ha traspasado fronteras, principalmente, expandiéndose hacia Centroamérica. Estas fiestas, con connotación religiosa, suelen unir a los amigos y familiares, por lo que, cada año, son esperadas con mucha alegría, por niños, jóvenes, adultos y los más mayores. Aquí te contamos todo lo necesario para saber cuándo inician, por qué se festejan, cómo celebrarlas y otros datos que puedan resultar necesarios.
Antes de la Navidad, casas, quintas, barrios y otras zonas, del territorio azteca, se llenan de ponche caliente, luces y colores, un claro anuncio de realización de la típica e histórica posada. Las familias lo celebran días antes a la Nochebuena en México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y Panamá.
Las posadas comienzan, exactamente, nueve días antes de que llegue la Navidad, es decir, empiezan cada 16 de diciembre. La duración de esta celebración es de nueve días de fiesta. La última se realiza el 24 de diciembre para que, en punto de las 12 de la noche, se dé paso a la Natividad o nacimiento de Jesús.
Las tradicionales de las posadas navideñas aparecen con la llegada de los españoles a México, durante la época de la conquista. Esto lo menciona el antropólogo Fernando Híjar para National Geographic. Los religiosos, provenientes de Europa, tenían la misión de “evangelizar” a los nativos americanos.
De esta manera, se reemplazó el culto decembrino a Huitzilopochtli, al dios de la guerra, por los preparativos para la Navidad con las posadas. En tal sentido, el origen es de carácter religioso. Además, los festejos actuales, han ido evolucionando, con un sincretismo entre la tradición cristiana y las costumbres indígenas.
Sobre el significado de las posadas, la ceremonia representa el peregrinar y la solicitud de alojamiento de José y María, en su camino a Belén. Hay que tener en cuenta que, desde finales del siglo XVIII, forman parte de la cultura popular mexicana y centroamericana, al ser organizadas por las familias.
La idea que se ha adoptado por generaciones, para la realización de las posadas navideñas en México, incluye la entonación de la tradicional canción, otros cánticos católicos y, finaliza, con el rezo del Padrenuestro. Con esto se trata de representar el diálogo entre María y José y los diferentes posaderos.
Después del cantar viene el festejo, acompañado de comida tradicional, como el ponche, aguinaldos que se realizan con dulces frutas y destrucción de una piñata —que simboliza los siete pecados capitales— y que trae en su interior elementos como dulces o fruta.
Algunas familias tienen la tradición de arrullar al niño Jesús, le cantan, le bailan y al final llevan una canasta de aguinaldo que son dulces y pasan con cada asistente para que bese alguna parte de su cuerpo, le pida un deseo, le agradezca por algo que les cumplió y finalmente les dan un dulce del canasto.
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