Por Aitor Canibe, director general corporativo para el Deporte del Grupo Educativo USIL
Durante la pandemia de coronavirus, la focalización de todos los gobiernos a nivel mundial se encuentra en un triángulo de desarrollo: salud – reactivación económica – educación. Y en este último caso, en relación con la actividad física y el deporte, los profesionales del ámbito deben analizar y planificar de manera detallada cómo incluir el deporte en este triángulo tomando en consideración el proceso al que llamo “las tres A en era de la COVID-19”, que incluye adaptación, anticipación y articulación.
Desde el punto de vista económico, en este rubro se ha recortado el presupuesto en el Instituto Peruano del Deporte, todos los eventos deportivos se cancelaron o pospusieron (con el impacto económico que conlleva), hay cese de actividades y programas deportivos en clubs y academias deportivas, los centros fitness se encuentran cerrados y más. Ello deriva a una situación muy difícil para los profesionales del deporte y a una adaptación urgente desde todos los puntos de vista.
Sin embargo, algunos sectores sí se han reforzado. Fundamentalmente aquellos proyectos ligados a las herramientas tecnológicas que permiten tener una formación online, continuar la realización de actividad física en casa, seguir y practicar espectáculos en directo (como los eSports) y/o la compra online de material deportivo. En el caso de Perú, el impacto negativo es grande por el sector informal que rodea a los profesionales de las actividades deportivas en las diferentes regiones.
En este contexto, deberíamos aprovechar esta situación como oportunidad para una verdadera regulación profesional, una formación de técnicos deportivos estructurada y un cambio de paradigma en el que el ecosistema deportivo pase de un enfoque de microeconomía a ser parte de la macroeconomía del país.
Esto es posible. La actividad física y el deporte forman parte de una industria que conlleva la generación de numerosos puestos de trabajo asociados en el sector público y privado. Por ello, se requiere más que nunca la creación de alianzas estratégicas para un futuro inmediato, que será completamente diferente, y requerirá también de gestores deportivos, entrenadores, psicólogos, abogados, tecnólogos, profesionales del marketing y comunicación, entre otros puestos, todos relacionados al deporte. Deberemos maximizar estos momentos con una correcta y ambiciosa articulación.
En España, por ejemplo, la industria del fútbol profesional generó en la temporada 2016/2017 un volumen de ingresos de 15.688 millones de euros, lo que suponía el 1,37 % del PIB español, que dio trabajo a 185.000 personas de 42 clubes profesionales de este país de Primera y Segunda División.
Ello demuestra que la influencia económica del deporte, y en este caso de fútbol, es fundamental en algunos países dentro de un contexto global. Por ello, pese al contexto que vivimos, la primera gran liga europea ya regresó: la Bundesliga se reinició el sábado 16; mientras que, por ejemplo, la Premier y LaLiga lo harán en junio. El objetivo es contar con los derechos de televisión y los patrocinios que puedan amortiguar el impacto equilibrando las pérdidas ocasionadas por ausencia de taquillas y otros conceptos. ¿Podrán subsistir nuestros clubes peruanos en esta situación?
En este contexto, el concepto de anticipación es fundamental para situar verdaderamente a la industria deportiva como herramienta para la recuperación socioeconómica de nuestro país. Recordemos que las actividades y eventos deportivos en todos los países, sea cual sea el tipo de practicantes y entidades, está directamente supeditada a las medidas y normas que emitan las autoridades sanitarias priorizando las condiciones de seguridad, autoprotección y distanciamiento de seguridad.
Un caso de excelencia en este concepto de anticipación es el realizado por la Asociación del Deporte Español, entidad que aglutina a todas las federaciones deportivas de este país, la cual presentó el “Plan de reconstrucción y activación del deporte español”, en el que señalan diferentes propuestas y líneas estratégicas ante una situación que ha cambiado el mundo deportivo totalmente. Tomando en consideración el ecosistema del deporte en las diferentes naciones, conceptos como “desarrollo deportivo, rendimiento deportivo, gestión organizativa, estructura financiera, impulso de nuevas tecnologías y ayudas e integración social” pueden ser los ejes iniciales para trabajar también todo el tejido deportivo de nuestro país. La pregunta es: ¿estamos preparados para trabajar todos juntos?
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