El coronavirus es un brote contagioso que, a pesar de ya tener poco más de cinco meses en el mundo, sigue en investigación. Es así que unos científicos finlandeses llegaron a la conclusión de que podría permanece en el aire más tiempo del que se pensaba.
“Alguien infectado por coronavirus puede toser y alejarse, pero luego dejar partículas de aerosol extremadamente pequeñas que transportan el virus”. La advertencia la hizo Ville Vuorinen, profesor asistente de la Universidad de Aalto en Finlandia, que acaba de presentar un modelo 3D que muestra cómo el SARS-CoV-2 se transporta a través de partículas de aerosol extremadamente pequeñas en el aire cuando una persona tose, estornuda o, incluso, cuando habla.
Para una tos seca, que es un síntoma típico de COVID-19, el tamaño de partícula es típicamente inferior a 15 micrómetros. “Las partículas extremadamente pequeñas de este tamaño no se hunden en el piso, sino que se mueven a lo largo de las corrientes de aire o permanecen flotando en el mismo lugar”, dijeron los investigadores.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que la evidencia no es convincente, así lo dejó detallado en un informe científico publicado en su sitio web el 27 de marzo, donde aseguró que no hay pruebas suficientes para sugerir que el SARS-CoV-2 se transmite por el aire, excepto en un puñado de contextos médicos, como cuando se intuba a un paciente infectado.
La Universidad de Hopkins ha sido una de las principales fuentes en cuanto a datos y números exactos de personas contagiadas, muertas y recuperadas. A nivel global, las muertes han llegado a alrededor de 1.905.935 personas, mientras que los recuperados están por alcanzar el medio millón: 446.336.
Por otro lado, Estados Unidos sigue siendo el país con más casos de contagiados y muertes en todo el mundo: llegó a los 572.587 contagios, 23.078 personas muertas hasta el momento.
Contenido GEC