Como si fuera una misma batalla en un campo de guerra o como si fuera el hundimiento de un barco y queda elegir a quien salvar y quién no. Así fue un caso en la ciudad de Bérgamo, Italia, en donde un sacerdote decidió entregar su respirador a un joven, dado que – por cuestiones de edad- él tenía mucho más chances de superar el , enfermedad que ya se ha llevado miles de vida en el mundo, y en el país europeo es quien más sufre del . La historia ha dado la vuelta al mundo y ha sido compartida en redes sociales, al punto de que una persona sacrifica su vida para entregársela a otra.

El padre Giuseppe Berardelli, de Casnigo y de 72 años, en la diócesis italiana de Bérgamo, la más golpeada por el COVID-19, renunció al respirador que se había comprado con anterioridad en la comunidad parroquial a la que servía.

“Don Giuseppe murió como sacerdote. Y me conmueve profundamente el hecho de que él, , haya renunciado para destinarlo a alguien más joven que él”, expresó un operador sanitario de la casa de reposo San Giuseppe al periódico Araberara.

El padre Berardelli falleció hace pocos días en el hospital de Lovere, mientras sus feligreses y vecinos le recuerdan con emoción. “Era un sacerdote que escuchaba a todos, sabía escuchar, quien se dirigía a él sabía que podía contar con su ayuda”, afirmó Clara Poli, que fue alcaldesa de Fiorano, y que destacó que gracias al presbítero, junto a otro sacerdote, se llegó a abrir un centro de ayuda para las familias en situación de vulnerabilidad. “Cuando se le veía pasar era siempre alegre y lleno de entusiasmo. Ha regalado paz y alegría a nuestra comunidad”, expresó. Hoy, se encuentra descansando en paz.

¿Cuántos muertos y contagiados hay en Italia por el COVID-19?

Hasta la noche del lunes, Italia contaba con más de 63.000 personas contagiadas y más de 6.000 mil fallecidos. Sin embargo, el número oficial podría ser aún más.

El jefe de la Protección Civil de este país, Angelo Borrelli, ha admitido que los infectados que no están contabilizados pueden ser 10 veces más que los actuales, por lo que hasta 600.000 italianos de los 60 millones habitantes del país pueden tener el virus.

“Por cada contagiado certificado hay diez no censados”, ha dicho Borrelli en una entrevista en La Repubblica.


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