¡Secretos revelados! La muerte de Rosita Pelayo ha dejado a más de uno tocado este último fin de semana. La histrionisa mexicana dejó de existir a los 64 años y aunque siempre se vislumbró como una mujer de carácter fuerte, resulta que padecía una extraña enfermedad desde hace más de 30 años.
Rosa María Pelayo Vargas, reconocida artísticamente como Rosita Pelayo, dejó este plano, pero su legado seguirá perenne en el tiempo. Sus trabajos en “Pecado de Oyuki”, “Flor de canela” y “¡¡Cachún cachún ra ra!!” forman parte de la reciente historia de la televisión mexicana.
Eso sí, pocos conocen que la actriz originaria de Ciudad de México venía librando una batalla contra una enfermedad degenerativa desde que tenía 30 años. Es decir, pasó más de la mitad de su vida con un padecimiento silencioso que casi nadie conocía y que la imposibilitó de mantenerse de pie durante muchas horas.
Durante parte de su juventud, Rosita Pelayo se trató con varios especialistas y doctores con experiencia en el tema óseo, pues a la experta en artes escénicas se le dificultaba realizar acciones cotidianas en su vida diaria como artista.
Pero no fue hasta que cumplió los 30 años que Pelayó supo que padecía artritis reumatoide, una enfermedad degenerativa que la aquejaba en los estudios de grabación, eventos, premiaciones, alfombras rojas y demás.
Y si bien le era imposible lidiar contra este mal, la histrionisa regiomontana supo hacer caso omiso a los avances de este padecimiento y aprendió a convivir con la enfermedad en su interior.
No cabe duda de que Rosita Pelayo, además de haber sido una extraordinaria actriz de México, fue también una mujer muy valiente. Vivió con artritis reumatoide por 34 años, en pocas palabras, más de la mitad de su existencia.
A principios de diciembre, Rosita Pelayo anunció a la prensa y sus seguidores su ingreso hospitalario para la extracción de un tumor cancerígeno en el colón, una enfermedad que venía enfrentando en silencio hasta que el tratamiento era sumamente necesario.
Durante su lucha contra el cáncer, la reconocida figura de la televisión mexicana experimentó problemas como deshidratación y anemia. La presencia de sangre en su sonda la llevó a una hospitalización de emergencia que terminó por traerle más complicaciones de lo previsto.
Lamentablemente, Rosita no pudo superar la situación, ya que requería con urgencia una segunda cirugía para la cual buscaba donaciones, con un costo total que superaba los 300 mil pesos. En una intervención en el programa “Ventaneando”, la actriz reveló la urgencia de someterse a procesos de quimioterapia para frenar el avance de este mal.
“Todo es en la pelvis, la radioterapia me la hacen en la pelvis porque todo fue en el colon. El doctor sacó el tumor grande, pero no sacó los tres chiquitos, los tres compadres. Entonces, eso tienen que atacarlos con la quimioterapia y la radioterapia”, contó la experta en actuación al magazine People en español.
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