La ley SB1718, considerada como una de las normas migratorias más estrictas en Estados Unidos, se empezará a aplicar desde el 1 de julio en el estado Florida, lo que ha generado una sensación de zozobra entre los extranjeros indocumentados, que en su mayoría son de origen latino, y empleadores.
El gobernador Ron DeSantis, quien busca ser el candidato presidencial del partido Republicano, estampó su firma el 10 de mayo en su propuesta, alegando que es una medida necesaria para reducir la delincuencia provocada, según él, por la “enorme negligencia” de la administración del presidente demócrata Joe Biden.
Antes de que se inicie la aplicación de la ley, considerada antimigratoria, se ha generado un éxodo de extranjeros sin documentos en regla hacia los llamados estados santuarios (gobernado por los demócratas). Y es que en Florida muchos se han quedado sin trabajo, debido a que muchos empleadores prefieren no arriesgarse ni exponerse a las multas. La situación impactará en la economía y entre los sectores más afectados están construcción, agricultura y servicios. Otro punto importante es que habrá puestos de trabajos que otros no estarán dispuestos a realizar.
“Estuve viviendo cinco meses en Florida, pero me mudé con mi familia hacia Nueva York, después de recorrer otros dos estados. Debido a que aún no obtengo mi permiso de trabajo, en el empleo de venta de autos donde estaba en Miami, me dijeron que ya no podía seguir por temor a las sanciones con la nueva ley. Ha sido muy complicado tener que movernos de un estado a otro, cambios de colegio, ver dónde quedarnos y buscar empleo”, cuenta a este medio un inmigrante peruano, que prefiere no dar su nombre. Asegura, además, que muchas personas que ha conocido han preferido mudarse.
En Estados Unidos viven 11 millones de personas indocumentadas, de las cuales 772 mil están en Florida, de acuerdo a cifras del Migration Policy Institute.
El 62% de los inmigrantes indocumentados —personas sin visa o con visas expiradas—del estado forma parte de la fuerza laboral. El sector que más los emplea es el de construcción, donde trabajan más de 100 mil personas.
Hay que tomar en cuenta que muchos de ellos viven en familias mixtas y tienen hijos estadounidenses, por lo que el impacto de la Ley SB 1718 es mucho mayor. De momento, no hay una cifra exacta de cuántos han decidido irse del estado.
A partir del próximo 1 de julio, habrá cambios en la ley migratoria de Florida:
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