Los ejercicios de agilidad se sostienen a base de la coordinación, que no es otra cosa que la capacidad de respuesta muscular inmediata a los designios del sistema nervioso central. (Foto: Freepik).
Los ejercicios de agilidad se sostienen a base de la coordinación, que no es otra cosa que la capacidad de respuesta muscular inmediata a los designios del sistema nervioso central. (Foto: Freepik).

El estar sentado por varias horas, sumado a eso, la falta de genera que el cuerpo entre en un estado rigidez, por ende, el aparecimiento de dolores musculares como el incremento de peso. Con el tiempo y la falta de entrenamiento se pierde agilidad y elasticidad que puede ser determinante en nuestro día a día. Si buscas revertir este problema, te compartimos corporal.

Para realizar cualquier actividad física, son los que toman protagonismo y si estos se encuentran con falta de movilidad, surgen varios problemas, como la pérdida de los reflejos, la falta de equilibrio y posibles caídas. Realizar entrenamientos de agilidad y elasticidad beneficia en muchos aspectos al organismo y sin importar la edad, es necesaria potenciarla para tener una vida más saludable.

Con el tiempo y la edad, el cuerpo pierde agilidad y algunas actividades cotidianas se vuelven más complicadas, el cuerpo se vuelve incapaz de hacerlas como el esquivar objetos o tener estabilidad. De esta manera, los ejercicios de agilidad se sostienen a base de la coordinación, que no es otra cosa que la capacidad de respuesta muscular inmediata a los designios del sistema nervioso central.

Beneficios de mejorar la agilidad y elasticidad

Realizar actividad física con regularidad es muy importante para que la l y mental. Esto implica no solo practicar una disciplina deportiva, estiramientos o ir al gimnasio, sino también incluir ejercicios de agilidad y elasticidad que son actividades sencillas y rápidas, pero que nos aportan muchísimos beneficios.

  • Mejora la consciencia corporal. Al trabajar la agilidad podemos mejorar el equilibrio. Aumentamos la capacidad de tener el control del cuerpo manteniendo la base fuerte.
  • Previene lesiones. Cuanto más ágiles somos, más equilibrio tenemos. Así, somos más capaces de prevenir caídas o de tropezar y, por tanto, de evitar posibles lesiones.
  • Aumenta la coordinación. Mejora la capacidad de controlar y procesar los movimientos de los músculos para que sean más rápidos y fluidos. También mejoran nuestros reflejos naturales.
  • Favorece la función cognitiva. Al entrenar la coordinación y la concentración, el cerebro puede funcionar mejor. Y es que se produce una estimulación de los lóbulos.

Ejercicios que mejoran la agilidad y elasticidad

Si buscas progresar tu agilidad y tener más elasticidad en tu día es necesario fortalecer los músculos y entrenar la estabilidad. Los siguientes pueden ayudarte:

  1. Ejercicios de salto. El salto largo no solo potencia indirectamente la agilidad y el fortalecimiento de los músculos involucrados en el despegue y la caída, sino también al ponerlos en relación para conservar el equilibrio mientras se está en movimiento, potenciando la estabilidad.
  2. Ejercicios de gateo. Al obligar a las cuatro extremidades a moverse coordinadamente, este tipo de ejercicio incrementa la agilidad y la estabilidad, se ve un mayor progreso cuando se incrementa la velocidad.
  3. Carreras de obstáculos. Se trata de correr a máxima velocidad mientras se salta o esquiva diversos obstáculos. Esto representa un intenso ejercicio de coordinación, resistencia y velocidad que incide directamente en la agilidad del deportista.
  4. Saltar la cuerda. Práctica común para los boxeadores, mediante la cual no solo ejercitan su resistencia aeróbica, sino también su agilidad, ya que pueden saltar la cuerda en combinaciones de un pie, el otro, o ambos juntos, a altas velocidades.
  5. Ejercicios en una escalera. Subir y bajar una escalera a toda velocidad, pisando cada peldaño con un pie correspondiente y sin saltarse ninguno, permitirá potenciar la agilidad y la coordinación de los pies, a la par que tonifica los músculos.
  6. Saltos con sentadillas. Para realizarlo, debes colocar tus piernas separadas más allá del ancho de hombros y los pies hacia adelante. Luego, salta hacia un costado flexionando las rodillas al descender, incorpórate y haz lo mismo del otro lado. Puede que al comienzo te cueste un poco, pero con paciencia y constancia, se logra.
  7. Carrera en zigzag. Otro ejercicio relativamente simple de agilidad, que consiste en ubicar conos u otros objetos en línea recta y correr zigzagueando entre ellos sin derribar ninguno.
  8. Escalera de agilidad. Usando una escalera deportiva, o fabricando una a partir de neumáticos viejos, se corre a través de los peldaños (o agujeros en los neumáticos) alternando un pie en cada uno hasta el final y luego de vuelta hasta el inicio.
  9. Aros de agilidad. Empleando aros o delimitando con pintura la zona, se traza un recorrido en segmentos circulares separados entre sí por al menos un metro. El ejercicio consistirá entonces en avanzar en la trayectoria, saltando de un aro al siguiente con un solo pie y a máxima velocidad.
  10. Salto al cajón. Colócate a poca distancia frente a un cajón y realiza una media sentadilla para coger impulso y salta sobre la caja extendiendo la cadera y ayudándote de los brazos para darte impulso. Al caer sobre la caja, flexiona las rodillas para amortiguar el impacto y presiona el suelo con los pies para ganar intensidad.


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