Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso cada vez son más espeluznantes, porque, actualmente, la obesidad está siendo muy sobresaliente en muchos países, en los europeos se ha triplicado desde 1980, y en los últimos años, entre el 30% y el 70% de los adultos en la Unión Europea tiene sobrepeso, mientras que entre un 10% y un 30% presenta obesidad.
A nivel mundial, cada 4 de marzo, se conmemora el día contra la obesidad. El sobrepeso y la obesidad, son unos de los problemas de salud que muchas veces se convierten en temas pocos explorados por la falta de información e interés en saberlo, porque, como tiene un gran impacto en la sociedad, lo ven como algo normal, pero esto es erróneo. Es un problema que genera un silencio atronador, ya que está presente en las familias, hogares, en el trabajo y son cada vez más las personas en el mundo afectadas.
La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, así como varios tipos de cáncer. Los menos de edad que lo padecen tienen un mayor riesgo de tener sobrepeso o ser obesos en la edad adulta.
¿Qué es la obesidad?
Se le define como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Es una enfermedad crónica con una gran repercusión en la salud de las personas y que requiere de un manejo activo tanto en prevención como en tratamiento. Por primera vez, la esperanza de vida puede ser menor que la de la generación anterior, tras el aumento de casos de obesidad.
Una forma simple de medir la obesidad es el índice de masa corporal (IMC). Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de la talla en metros. En el caso de los adultos, una persona con un IMC igual o superior a 30 es considerada obesa y con un IMC igual o superior a 25 es considerada con sobrepeso.
- Bajo peso: el IMC es inferior a 18,5.
- Peso saludable: el IMC se sitúa entre 18,5 y 24,9.
- Sobrepeso: el IMC varía entre 25 y 29,9. En este rango, existen diferentes grados de sobrepeso.
- Obesidad: el IMC oscila de 30 a 39,9. En este rango, existen diferentes grados de obesidad.
- Obesidad mórbida: el IMC es 40 o superior. Se considera obesidad extrema si el IMC es 50 o superior.
Enfermedades que produce la obesidad
En el mundo, hay más de 800 millones de personas viviendo con obesidad. Las proyecciones indican que los niños con sobrepeso se incrementará hasta en un 60% para la próxima década, alcanzando los 250 millones para 2030. Esta enfermedad, que representa tener demasiada grasa en el cuerpo, cada vez aumenta el riesgo de tener una serie de problemas de salud crónicos y graves, como:
- Todas las causas de muerte (mortalidad).
- Presión arterial alta (hipertensión).
- Colesterol LDL alto, colesterol HDL bajo o niveles altos de triglicéridos (dislipidemia).
- Diabetes tipo 2.
- Enfermedad coronaria.
- Ataque o derrame cerebral.
- Enfermedad de la vesícula.
- Osteoartritis (descomposición del cartílago y el hueso dentro de una articulación).
- Apnea del sueño y problemas respiratorios.
- Varios tipos de cáncer.
- Baja calidad de vida.
- Enfermedad mental como depresión clínica, ansiedad y otros trastornos mentales.
- Dolor corporal y dificultad con el funcionamiento físico.
Consejos para adelgazar de forma saludable
La obesidad y el sobrepeso son problemas de salud que se pueden combatir actuando sobre aspectos como la alimentación o el ejercicio físico, pero para lograrlo, primero es tomar conciencia y aprender que un cambio de estilo de vida es posible. No obstante, en caso de padecer obesidad avanzada o de estar diagnosticado de alguna otra enfermedad, acude al profesional sanitario para que establezca el plan más adecuado para ti.
Te dejamos unas cuantas claves para que sepas por dónde empezar y cambiar tus hábitos hacia un estilo de vida más saludable.
- Metas realistas: No puedes plantearte una meta sin saber tu realidad física que se halla sabiendo tu edad, estructura corporal y otros factores como tu índice de masa corporal ideal, debes establecer como objetivo un peso saludable para ti: aquel que te permita disfrutar de una buena salud y, por tanto, de una mejor calidad de vida.
- Desconfía de las dietas milagro: No creas de los métodos que prometen resultados espectaculares en una semana o 10 días con poco esfuerzo porque, en su mayoría, llegan a ser perjudicar para tu salud y a tu bolsillo. Además, este tipo de dietas suelen potenciar el efecto rebote, una vez se abandonan.
- Acude a profesional: Siempre será mejor un especialista en nutrición porque sabrá asesorarte sobre el tipo de dieta más indicado para ti y, además, motivarte para que no abandones antes de llegar a meta. Acudir a un profesional de salud nutricional es especialmente importante si buscas adelgazar, pero padeces alguna enfermedad. No juegues con tu vida.
- Confía en el proceso: Para perder peso de forma adecuada, toma tiempo y hacerlo de manera saludable implica perder de medio a un kilo a la semana, con el fin de que el organismo asimile la reducción de gasto energético. Además, es importante comprender que la pérdida de peso debe basarse en la interiorización de hábitos de vida saludables, no en una reducción temporal de las calorías.
- No renuncies a ningún alimento:Una dieta saludable debe incorporar alimentos de todos los grupos e incluir todos los nutrientes necesarios para un óptimo funcionamiento del organismo. Por este motivo, debe ser rica en frutas y verduras, ligeramente proteica, incluso grasas, pero las buenas, aunque más ligeras, y carbohidratos de bajo índice glucémico.
- No te saltes ninguna comida: Nutricionistas recomiendan hacer al menos cinco comidas diarias, con la finalidad que la sensación de saciedad prevenga el temido picoteo. Recuerda, además, que las dietas excesivamente hipocalóricas son contraproducentes, porque el organismo se adapta a la reducción energética y se vuelve más difícil bajar peso.
- No más bebidas alcohólicas: Beber alcohol porta nada menos que siete calorías por gramo, más que los hidratos de carbono o las proteínas. El whisky o el ron son los licores que más aportan, unas 350 kilocalorías, mientras que el vino o la cerveza no contienen tantas, pero no son recomendables. En su lugar, bebe mucha agua al día.
- Se más activo: Aumenta tu gasto energético, es fundamental para perder peso. Para conseguirlo, huye del sedentarismo y anímate a caminar un rato todos los días o utilizar las escaleras en lugar del ascensor. También puedes realizar ejercicio aeróbico y actividades de flexibilidad o fuerza como el pilates o el yoga varias veces a la semana. Pero recuerda adaptar el esfuerzo físico a tus características y condición física
- Duermes tus horas correspondientes: Dormir es fundamental para mantener el peso a raya y no engordar. Y se sabe que dormir pocas horas estimula la liberación de hormonas como la ghrelina, que estimula el hambre. Los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño nocturno.
- Cuida tu salud mental: Las personas que viven con obesidad se han enfrentado a la estigmatización, la culpa y las barreras de apoyo, por eso, es recomendable ir con un especialista de la salud mental para que te brinde las herramientas correctas para recuperar tu confianza.
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