Desde que se estrenó el 28 de julio de 2021, “El Cartel de los Sapos: El origen” se convirtió en una de las series más populares de Netflix, debido a la gran historia que ha enganchado al público. La ficción se centra en los hermanos Villegas, quienes escalaron posiciones en el mundo criminal gracias a su gran astucia e ingenio hasta convertirse en los dueños y señores del imperio de la droga.
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Además se explora la guerra sin cuartel que libran contra otros carteles, al tiempo de mostrar cuánta influencia tenían en las decisiones que tomaba el gobierno de su país. Pero ¿quiénes fueron realmente los protagonistas de esta historia?
Mientras en “El Cartel de los Sapos: El origen” los protagonistas son Emmanuel Villegas y Leonardo Villegas, en la vida real lo son Gilberto Rodríguez Orejuela en compañía de su hermano Miguel Rodríguez Orejuela y José Santacruz Londoño, quienes en la década del 70, deciden formar “Los Chemas”, una banda delincuencial que empezó realizando piratería terrestre, extorsión y secuestro. Con el tiempo se sumergieron en el mundo de la cocaína, obteniendo pasta de coca de países como Bolivia y Perú.
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A través de Santacruz, contactaron a Pacho Herrera, quien era un especialista en el lavado de dinero que vivía en Nueva York. La DEA les dio el nombre de ‘’Cartel de Cali’', debido a la ciudad donde la organización tenía su principal base de operaciones, pero ellos se hacían llamar los ‘Caballeros de Cali’, por sus conexiones con la clase política y económica de Colombia.
Gilberto Rodríguez Orejuela fue uno de los líderes más influyentes del Cartel de Cali y era conocido como ‘El Ajedrecista’. Por veinte años se encargó de los manejos de esta organización, y se ganó el respeto de sus subordinados.
Antes de ser capturado el 9 de junio de 1995, tuvo cinco parejas y se casó en dos ocasiones. Fue liberado en 2002 al reducirse su pena, pero cuatro meses después fue capturado y extraditado a Estados Unidos, donde purgará una condena hasta 2034.
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Miguel Rodríguez Orejuela era el segundo al mando del cartel de Cali y era conocido como ‘El Señor’. Además, se caracterizó por su trato amable y por su facilidad para desenvolverse en los diferentes sectores sociales del país, tanto los políticos como los deportivos y económicos. Al igual que su hermano fue capturado y sentenciado.
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Hélmer Herrera/ ‘Pacho Herrera’, también conocido como el hombre de los mil rostros. Se entregó a la justicia en 1996 y ordenó la muerte de alias jabón, quien tras librarse del ataque hace lo propio y logra que su rival sea asesinado mientras jugaba un partido de fútbol, el 4 de noviembre de 1998, cuando tenía 47 años.
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José Santacruz Londoño, conocido como ‘El Estudiante’ tenía la misión de organizar las operaciones del cartel de Cali en New York. Fue detenido el 4 de julio de 1995 en un restaurante al norte de Bogotá.
Si bien logró escapar de la prisión de La Picota el 11 de enero de 1996, con el objetivo de reorganizar el Cartel de Cali, murió el 5 de marzo de 1996 en una operación orquestada por Carlos Castaño y capos del cartel del Valle.
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En el penúltimo episodio de “El Cartel de los Sapos: El origen”, la policía sigue al Flaco y logra dar con el paradero de Leonardo Villegas, quien es encerrado en una cárcel sin privilegios. Mientras la familia intenta sobornar a las autoridades, sus enemigos celebran su captura.
En tanto, Max Tenorio, el periodista y novio de Raquel, revela una serie de grabaciones telefónicas entre Uriel Garrido, conocido vocero del cartel de Cali y importantes personajes de la policía y del gobierno colombiano de esa época.
Tras el arresto de Uriel, Emanuel le ordena a Jaime Sandoval amenazar a Uriel para que Uriel asuma toda la culpa y asesinar a Max. Pero tras ver como abandonaron al vocero, el más leal súbditos de los Villegas decide buscar al agente de la DEA para conseguir libertad y protección a cambio de entregar al hermano de Leonardo.
En el último capítulo de “El Cartel de los Sapos: El origen”, Emanuel es capturado, pero Sandoval no consigue lo que quería, ya que la policía le exige que primero declare contra Wilmer Villegas, quien escapa y se esconde por un tiempo.
Los siguientes en caer son Nacho Sotomayor, quien logra escapar al poco tiempo, y Hugo de la Cruz, quien se entrega voluntariamente para no ser extraditado a los Estados Unidos y revela que el coronel Gutiérrez es socio del cartel del Norte del Valle.
Una reunión entre Wilmer y Cindy es aprovechada por los hombres del cartel enemigo para justar algunas cuentas pendientes. Aunque el hijo de Emanuel se salva de morir no puede evitar su arrestado y su reclusión en la misma cárcel que el resto de su familia.
Para librar a sus hijos de la extradición y una condena larga, los hermanos Villegas hacen un trato con las autoridades. Mientras Fabián y Wilmer son condenados a pasar cinco años en una prisión de Bogota, Emanuel y Leonardo fueron extraditados.
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Aunque el gigante del streaming no ha revelado nada sobre el futuro de la serie colombiana, por lo visto en el último capítulo, donde a medida que el imperio de los hermanos Villegas se viene abajo, se revelan los destinos de los miembros del cartel de Cali y todos sus asociados, es probable que la historia de estos dos hermanos no consiga una segunda entrega.
La primera temporada de “El Cartel de los Sapos: El origen” termina con Emanuel y Leonardo Villegas siendo extraditados a Estados Unidos por sus innumerables delitos. Además, Raquel documenta todo en un libro llamado ‘Los caballeros de Cali’.
Aunque ese es el final de la historia de los hermanos Villegas, Netflix podría dar luz verde a una segunda tanda de episodios si la historia se centra en otros personajes. Por ejemplo, la primera temporada de “El cartel” se centra en Martín González (Andrés López) y la segunda en Pepe Cadena.
Por lo pronto, solo queda esperar la respuesta oficial de la popular plataforma streaming, que suele tomarse algunas semanas para evaluar la reacción de la audiencia y aunque no comparte dichas cifras, estas pueden influir en la renovación o cancelación de un proyecto. Además, también es necesario esperar el estreno de la serie en Colombia a través de Caracol TV.
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Tanto en las redes sociales como en sitios especializados como blogs, han hecho notar la similitud que hay entre los créditos de “El Cartel de los Sapos: El Origen” y los de la última edición del videojuego. Esta acusación se hace sobre todo comparando las siluetas de los personajes que aparecen en la serie y los diseños que se ve en “Gran Theft Auto”.
Los internautas inclusive han hecho una comparación al detalle y aseguran que los diseños han sido prácticamente ‘calcados’. Pero, ante tremendo problema que se podría generar por estos comentarios, ni Netflix ni Rockstar, firma que creadora de “Gran Theft Auto”, han manifestado palabra alguna respecto a esta polémica.
En el mismo sentido, los colombianos de Guarnizo y Lizarralde, que se encargan de la dirección de arte de la serie “El Cartel de los Sapos: El origen”, tampoco se han manifestado sobre lo que podría ser el posible plagio.
Todo se remonta a la década del 70, cuando Gilberto Rodríguez Orejuela, en compañía de su hermano Miguel Rodríguez Orejuela y José Santacruz Londoño, deciden formar “Los Chemas”, una banda delincuencial que empezó realizando piratería terrestre, extorsión y secuestro. Con el tiempo se sumergieron en el mundo de la cocaína, obteniendo pasta de coca de países como Bolivia y Perú.
Fue así como decidieron ampliar el negocio y, a través de Santacruz, contactaron a Pacho Herrera, quien era un especialista en el lavado de dinero que vivía en Nueva York. Herrera se especializó en transportar las ganancias de la agrupación de Estados Unidos a Colombia por medio de maquinaria pesada.
El nombre de ‘’Cartel de Cali’' les fue atribuido por la Administración para el Control de Drogas (DEA), debido a que Cali fue la ciudad donde la organización tenía su principal base de operaciones. Sus cabecillas se hacían llamar como ‘Caballeros de Cali’ o ‘Gentlemen of Cali’ por las conexiones que mantenían con la clase política y económica de Colombia.
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Los cuatro líderes de la agrupación fueron Miguel Rodríguez Orejuela y Gilberto Rodríguez Orejuela, José Santacruz y Pacho Herrera, seguidos por sus tres socios ubicados estratégicamente en distintas zonas de la región. Uno de ellos fue Víctor Patiño, encargado del transporte marítimo del cartel en la zona Pacífica de Colombia.
Henry Loaiza era el segundo socio a cargo de brindar seguridad a los laboratorios del cartel, además de ser un gran productor de cocaína, y finalmente estaba Phanor Arizabaleta, quien daba soporte al área de importación de insumos para el procesamiento de la cocaína.
El contador de la agrupación fue Guillermo Pallomari, quien reveló a la DEA que también existió un comité de vigilancia bajo el mando de Mario del Basto, uno de los muchos jefes de seguridad de Miguel Rodríguez. Si bien los participantes del comité no tomaban decisiones, podían dar recomendaciones a los líderes sobre cualquier dato que lograra mejorar el tráfico de drogas.
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Tras la muerte de Pablo Escobar y la extinción del Cartel de Medellín; todos los ojos quedaron puestos en el Cartel de Cali, quienes ahora tenían el poder absoluto del negocio. Paralelamente, el triunfo de Ernesto Samper en las elecciones presidenciales de Colombia de 1994 dio vida al escándalo de los narco-casetes, los cuales señalaban que la campaña del presidente había sido patrocinada por la agrupación delictiva.
Con el fin de demostrar lo contrario, Samper ordena la persecución del cartel. El primero en caer fue José Santacruz, a quien detuvieron en un restaurante de Bogotá; le siguió Gilberto Rodríguez Orejuela, capturado en el interior de uno de sus departamentos y unos meses después, continuó su hermano Miguel Rodríguez Orejuela.
A inicios de 1996 , Santacruz se escapó de la prisión pero la felicidad no le duró mucho pues fue nuevamente encarcelado y posteriormente asesinado por el Cartel del Norte del Valle en complicidad con la policía y los paramilitares.
Meses más tarde, Pacho Herrera se entregó voluntariamente a las autoridades y tuvo un final similar al de Santacruz. En 1998 lo asesinaron en la cárcel de Palmira a manos de Wilber Arilio, quien trabajó como su sicario y era líder del Cartel del Norte del Valle. Actualmente los hermanos Rodríguez Orejuela se encuentran pagando condena en Estados Unidos y, si continúan vivos, quedarán en libertad en 2030.
Antes de que estallara el escándalo de los narco-casetes, los líderes del cartel habían negociado con el gobierno de Samper su entrega. Este trato les daba beneficios como la privación de su libertad en Colombia, no mayor a 5 años, y el pacto de no quitarles sus riquezas.
A cambio tenían que eliminar el narcotráfico del país, pero este plan no le agradó a sus socios y trabajadores, quienes terminaron negándose a colaborar. Entre los miembros que se opusieron estaban Orlando Henao Montoya y Efraín Hernández, quienes a partir de esto se convirtieron en cabecillas del nuevo Cartel del Norte del Valle.
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El Cartel de Cali fue el nombre dado por la Administración para el Control de Drogas (DEA) a la organización criminal dedicada al tráfico de cocaína, encabezada por los hermanos Gilberto, Miguel Rodríguez Orejuela, José Santacruz Londoño y Hélmer Herrera.
Recibe su nombre de Cartel de Cali, porque en aquella ciudad tuvieron su principal base de operaciones.
Se le conoció también como The Cocaine Inc. y sus capos se hacían llamar como Caballeros de Cali o Gentlemen of Cali por sus nexos con la clase política y económica de Colombia. Igualmente se le llamaba KGB de Cali, por su vasto sistema de información, con el que tenían a todo el país en la mira, y porque sus empleados no se conocían entre ellos.
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