Antes de terminar el partido entre Barcelona y Real Sociedad, Ernesto Valverde ordenó el cambio de Andrés Iniesta. Todo estaba preparado para que el volante sea despedido del Camp Nou en medio de una ovación ensordecedora.
El reloj marcó el minuto 80 y cuando anunciaron su nombre en los parlantes, los miles de aficionados del cuadro catalán se pusieron de pie para aplaudir a uno de los futbolistas más importantes de la historia del club.
Andrés Iniesta dijo adiós a todos los jugadores de Barcelona y Real Sociedad que se le cruzaron en el camino. Sin duda, lo más difícil para el mediocampista ocurrió después de desearle buena suerte a Paco Alcácer.
El camino que el manchego recorrió hasta su lugar en la banca de suplentes ha sido doloroso. El medio se ubicó en su espacio y, al igual que los hinchas, también aplaudió, pero para responder al gran gesto.
Andrés Iniesta ya no pudo más y rompió en llanto. Derramó unas lágrimas y los ojos le brillaron porque jugó el último partido de su carrera con la camiseta del Barcelona, el club que tanto le dio y tanto ama.