Siempre en el ojo de la tormenta. Gerard Piqué anotó el gol del empate ante el Espanyol por la Liga Santander. Sin embargo, el catalán no pudo evitar celebrar de una manera que causó molestia en la hinchada del RCDE Stadium.
Piqué no aguantó y dijo que lo menos que podía hacer era callarlos, ya que varios hinchas del Espanyol amenazan a su familia por todo el tema de la independencia de Cataluña y por ser parte del Barcelona.
"Decir que es de Cornellà no es una falta de respeto, es una obviedad. El Espanyol está cada vez más desarraigado de Barcelona y tiene un presidente chino. Se quejan de que diga esto y no investigan los insultos a mi familia. Mandar callar era lo mínimo que podía hacer", dijo.
Los jugadores tenemos responsabilidad, pero también somos personas y reaccionamos según lo que pasa. Y hay un límite. Y si los que mandan no toman decisiones y no dicen nada, no nos quedaremos callados. Mando callar en general a todo el campo, y tal vez no debería, pero si el club o los propietarios no denuncian ciertas cosas", agregó el zaguero.
Piqué aseguró que la lluvia no le permitió al Barcelona desplegar su mejor juego. "En la segunda parte era imposible jugar al fútbol, no se podía generar juego. El empate es bueno. Nos vamos sin perder", finalizó.