Se viene el derbi madrileño y, de nuevo, en Champions League. La locura se apoderará de la capital española los próximos nueve días, en los que se decidirá uno de los puestos de la gran final de Cardiff.
Hermano pobre, hermano rico
El Atlético de Madrid lucha contra la maldición del hermano pobre. Se aloja en el sur, a orillas del Manzanares (aunque pronto se mudará). No tiene tanto lujo ni tantos mimos de mamá como quisiera. Cuando sale un juguete nuevo al mercado, a menudo es su hermano rico quién se hace con él.
Un poco más norte, en medio de la Castellana, el hermano rico, el Real Madrid, con sus pieles y juguetes de última generación. Con el cariño, no siempre sincero, de todos. Los halagos son suyos y los trofeos, a menudo, también.
La historia ha pesado en los últimos enfrentamientos entre ambos. A pesar de que en la competición doméstica española, los colchoneros han igualado fuerzas, en Europa la moneda siempre sale cruz para el hermano pobre, siempre por la mínima, pero siempre cruz.
Véase aquella final en el curso 2013/2014. Cuando la Champions parecía teñirse de rojiblanco, apareció Sergio Ramos en el 93. El siguiente año, tocó medir las fuerzas en cuartos de final. En esta ocasión fue Chicharito el que se vistió de oro con un gol al 88 para eliminar al Atlético de Madrid.
Y la temporada pasada, de nuevo volvió a ocurrir. Milán era el escenario del posible cambio de la historia, todo apuntaba a ello, les tocaba. Pero, no fue así. Cuando mejor lo tenía el equipo del Cholo no lo aprovechó y cayó derrotado en la tanda de penales. Otra ocasión en la que la historia fue cruel y se volvió a apiadar del hermano rico.
La mala suerte colchonera en la Copa de Europa viene de lejos. Si nos remontamos a cuando la televisión era en blanco y negro, acá en España, los dos equipos ya se enfrentaron en unas semifinales.
Era la temporada 58/59, y el Real Madrid pasó a la final que le supondría la cuarta Copa de Europa en sus vitrinas. Ya en 1974, el Bayern les empató al final y provocó el desempate, venciendo en este por 4-0. Desde aquel año, la Liga de Campeones se convirtió en una obsesión. Esa obsesión pasó de ser un sueño a convertirse en posible realidad con la llegada del argentino a la nave.
Simeone les devolvió la gloria
Desde la llegada del Cholo Simeone al banquillo rojiblanco, en diciembre de 2011, todo es un cuento de hadas, no exento de sacrificio. Un jugador que fue ídolo de ese mismo club en dos etapas diferentes (94-97 y 2003-2005), tomó los mandos de un equipo sin rumbo y a la deriva, deportivamente hablando. Desde su llegada, el Atlético de Madrid se caracteriza por su solidaridad, por su esfuerzo en todas las líneas, por anular las virtudes del rival y así potenciar las suyas. Un equipo trabajado tácticamente hasta el límite, un ejército que asume las órdenes de su líder, Simeone, sin pestañear. A todo esto, hay que sumarle la calidad pura en hombres como Griezmann (considerado de última generación), Koke, Saúl, etc.
Simeone vs Zidane
Dos estilos totalmente diferentes. Zidane apuesta por el manejo de egos, lo hace como nadie. Lleva un vestuario siempre complicado de una manera excelente. El juego del Real Madrid, contra los equipos grandes florece esta temporada, bueno siempre ha sido así. Contra los, en teoría, inferiores, sufre. Si analizamos a uno y otro conjunto, el Atlético es más sólido como un bloque de cemento infranqueable, el Madrid es más de destellos, de beneficiarse de esos juguetes nuevos y de última generación que tiene. Eliminatoria al 50%. La batalla será épica y despedirá la Champions del Vicente Calderón en el duelo definitivo.
¿Cambiará la historia el Atlético?
¿Podrá el Atlético de Madrid, el hermano pobre, superar esa barrera histórica y dejar sin pila a la novedosa tecnología de la Castellana? El Calderón dictará sentencia, la fanaticada colchonera se prepara para algo grande: para intentar aportar, para saldar una deuda, para –al menos por una vez- ser el hermano rico.
Desde España
Juan Lorenzana (@juanlp91)
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