Su rostro lo dice todo. El delantero y capitán de la selección de ,  dejó la concentración de la 'Albiceleste' tras su decepcionante regreso contra Venezuela en el partido amistoso disputado en el Wanda Metropolitano, Madrid. El '10' volverá a Barcelona para recuperarse de una reagudización de dolor pubiano bilateral que sufrió en el choque.

Afeitado, sin la barba con la que acompaña su deslumbrante fútbol en los últimos tiempos en el Barcelona, Lionel Messi revivió este viernes la frustración con la selección argentina, a la que ni sus desbordantes acciones le apartaron de una derrota decepcionante y sin defensa ante Venezuela en un amistoso.

Mientras él rebuscaba las ocasiones -de sus botas partieron todas y cada una de las oportunidades de su combinado en el primer acto, como los dos pases formidables que le regaló a Lautaro Martínez, o un disparo desde fuera del área-, su selección naufragó atrás, devorada por dos goles, los contragolpes y el entusiasmo del rival, primero, y después, en el segundo tiempo, por el 3-1 de penalti.

Mientras 'su' Barcelona domina con rotundidad LaLiga y aspira con una firmeza incuestionable a la Champions League, 'su' Argentina fue doblegada sin matices por Venezuela; dos sensaciones tan contrapuestas como recurrentes en su carrera, por mucho que este viernes lo intentara con empeño, con desborde y con determinación.

Casi todo lo que hizo Argentina en ataque nació o creció desde un número, el '10', y un nombre, Messi. Sin él, incluso a veces se le vio recibir lejos del área para la transición ofensiva, casi todo era imposible arriba para la 'albiceleste', una selección cuya reconstrucción se estampó este viernes contra las dudas.




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