El VAR, sistema de videoarbitraje por sus siglas en ingles, ha tomado protagonismo desde el arranque de la Copa Confederaciones. Este innovador sistema permite a un trío arbitral instalado en una sistema de monitor de videos, tener la exactitud de una jugada puntual para ayudar al árbitro en sus decisiones.
Rápidamente, las voces a favor y en contra se hicieron escuchar por el VAR. Permitir que al fin la justicia llegue al fútbol en los goles polémicos, que obviamente perjudican al equipo que lo recibe, es el mejor argumento. Un poco irónico recordando la golpeada imagen que tiene la FIFA en temas de transparencia.
Gracias al VAR se acabaron los goles fantasmas, quizás el de Inglaterra a Alemania en la final del Mundial 2006, el más famoso de la historia, que generaban una eterna discusión polémica por una jugada puntual, rozando las críticas de mafia y robo, y no de fútbol.
Quizás si el gol de Pepe ante México se daba por válido, hoy hablaríamos que la FIFA es mafia y quiere favorecer a Cristiano Ronaldo para que campeone la Copa Confederaciones, que el juez de línea no está al nivel, cualquier cosa, menos del partidazo que nos regalaron Portugal y México.
Los comentarios negativos se centran en la pérdida de la emoción por la demora en corroborar un gol con el video, además de que el error eternamente ha sido parte del juego. Son razones entendibles, pero ¿se pensaría igual si un gol injusto deja fuera a Perú de clasificar a un Mundial? ¿No nos hemos quejado en toda la historia de nuestro balompié de que siempre nos tocan árbitros rateros?
El famoso gol de Martín Palermo a la Selección Peruana en octubre de 2009 fue suficiente para lapidar al árbitro boliviano René Ortubé en nuestro país, así como Carlos Vera fue fusilado tras su polémica decisión en el empate entre U. de Chile y Alianza Lima en la Copa Libertadores del año siguiente. ¿Si se usaba el VAR no estaríamos más felices?
Esos son solo dos ejemplos de un mar de injusticias arbitrales que siempre hemos acusado. La FIFA espera mejorar un poco su mala reputación con el VAR. Eso sí, aún hay muchas cosas que mejorar, en especial en jugadas puntuales y en la demora de las decisiones. El videoarbitraje es un golazo de media cancha, que se irá puliendo con el tiempo.