El fútbol peruano tiene cosas, para decir de alguna manera, fuera de un camino normal. Nuestro balompié no es ajeno al desorden e improvisación que reina en nuestra sociedad, y el ascenso es una clara muestra. No tenemos una sola vía con la Segunda División, sino que debemos sumarle la Copa Perú.
Por años, los hinchas han reclamado el por qué debemos convivir con dos torneos de ascenso, y no con un como en cualquier país. ¿Hace cuántos años no sucede esto? De manera curiosa, no debemos retroceder tanto para encontrar el último antecedente con un solo equipo que subió a Primera División.
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En la temporada 2005, José Gálvez de Chimbote fue el único equipo que ascendió a la máxima categoría. La Segunda División fue anexada al Grupo III de la Copa Perú, con la excusa que todos sus clubes eran de Lima. Nunca más hubo un solo camino para subir en el fútbol peruano.
La misma fórmula se había utilizado en la temporada 2004, la primera donde la Segunda División formó parte de la Copa Perú. Entre 1998 hasta 2002 tampoco no hubo ascenso directo desde Segunda, ya que el campeón debía jugar ante el penúltimo del Descentralizado.
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