Cuán difícil debió ser. Primero, ver pasar los partidos de , uno tras otro, sin celebrar un gol. Después ya no tuvo siquiera la opción de intentarlo: un irregular inicio de año lo depositó en la banca.

Ese júbilo que se siente al gritar un gol, para Luis Ramírez era ya un simple recuerdo. Si se le puede llamar recuerdo, porque ‘Cachito’ no anotaba desde el 10 de febrero del año pasado, en el 2–1 sobre Ayacucho, jugando en la altura.

Con 35 años y toda una trayectoria a cuestas, su regreso al gol –si ocurría– debía ser a lo grande. Por todo lo alto. Una vuelta para dar la vuelta... de campeón.

Como en Moyobamba y Juliaca, el entrenador de Alianza Lima lo eligió para acompañar a Fuentes en la recuperación. Un trabajo para un chico de 20 años, que ‘Lucho’ cumplió con creces. Todo ello explica ese desaforado grito.

Luis Ramírez lo tuvo 21 meses contenido, para lograrlo sudó como nunca en su carrera y, encima, su gol significa una final y, fácil, un título. “‘Cachito’ le ha cambiado la cara al equipo las veces que entró. Su experiencia es clave”, explicó Pablo Bengoechea. Le tuvo fe y le cumplió.

Texto: Miguel Morales G.

REVIVE EL GOL Y EL TRIUNFO BLANQUIAZUL

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