Uno de los pilares del Proyecto Blanquiazul, el ambicioso plan que Alianza Lima viene implementando para convertirse en el gran referente del fútbol peruano en el mundo -a partir del desarrollo integral de sus jugadores desde las categorías formativas hasta el primer equipo-, descansa en el área de Ciencias Aplicadas al Deporte, que está a cargo del argentino Juan López.
Con una trayectoria destacada en clubes como Racing de Avellaneda, Estudiantes de La Plata, Atlas de Guadalajara, Santos Laguna, Sporting Cristal y la Unidad Técnica de Menores de la Federación Peruana de Fútbol, López conversó con el sitio oficial de Alianza Lima y dio detalles acerca de su labor dentro de la Gerencia de Planeación y Desarrollo Deportivo, que encabeza Daniel Ahmed.
¿Qué comprende el área de Ciencias Aplicadas al Deporte?
Es un conjunto de disciplinas con un criterio científico que tienen como objetivo brindar conocimiento y apoyo para todo aquello que tenga que ver con la mejora del rendimiento deportivo de los jugadores de fútbol. Las Ciencias Aplicadas al Deporte involucran áreas como medicina deportiva, fisioterapia, nutrición, neurociencia, psicología, sociología, evolución y monitoreo del rendimiento. El eje es el rendimiento físico futbolístico. El rendimiento se construye con la participación integrada de todas estas áreas
¿Cómo ha encontrado al club en ese aspecto?
Con falta de áreas y con poca integración aplicada al rendimiento. Teníamos entes aislados, que generaban información que empezaba y terminaba en el área. Tampoco había datos que brindaran información para una mejor toma de decisiones. La toma de decisiones era momentánea y con una pobre información. Hay muy buenos profesionales, pero trabajaban de forma aislada. El objetivo de las Ciencias Aplicadas al Deporte es integrar ese conocimiento para la toma de decisiones enfocadas en el rendimiento de los jugadores y la prevención de todo tipo de lesiones.
¿Qué dificultad acarreaba el hecho de no tener un área de Ciencias Aplicadas al Deporte?
Por ejemplo, un club puede tener un excelente nutricionista que obtiene una serie de datos de los jugadores, pero no los puede aplicar porque el cuerpo técnico, el entrenador o el área de preparación física no están muy de acuerdo con sus criterios. Entonces, lo que generaba el área de nutrición podía quedar debilitado por la aceptación de las personas. Eso es lo que vamos a tratar de evitar, pues las decisiones que tomaremos serán institucionales.
¿Cómo es un proceso ideal para la toma de decisiones?
Te doy un ejemplo. Un jugador se lesiona y a partir de ese momento se planifica su recuperación pasando por diferentes fases. En cada una de las fases tiene más responsabilidad, en la toma de decisiones, primero el médico, segundo el fisioterapeuta y tercero el preparador físico, todos apoyados por el nutricionista y también por el área de Desarrollo Humano. Así, el camino a la recuperación se programa de manera multidisciplinar. La intervención será específica del área y el paso de una fase a otra se determinará por protocolos y valoraciones que haga el profesional responsable. En suma, la decisión se toma en conjunto, pero es clave que todo ese circuito tenga un protocolo, que el club tenga una línea y que pueda decir ‘esto es lo que se hace’.
¿Qué tal la integración con el cuerpo técnico del primer equipo?
Todo muy bien con Mario Salas y su staff. A Osvaldo Alegría, el preparador físico, ya lo conozco porque estuvo en Cristal y tenemos una muy buena relación, es una persona muy abierta. Hoy nosotros estamos para asistir al primer equipo. Nuestro trabajo actualmente está abocado a los juveniles, vamos a consolidar la estructura y luego se trasladará por decantación al primer equipo. El abordaje más importante que tenemos que hacer en este momento es sobre todo el proyecto juvenil.
¿En cuánto tiempo se construye el rendimiento de un futbolista de élite?
La idea es construir esos rendimientos en seis años como mínimo, evaluando y reevaluando al jugador en todas las áreas para que llegue a primera con todas las potencialidades posibles. Ocurre que a veces el jugador llega al primer equipo y ese rendimiento no fue construido. A mí me tocó trabajar en un equipo importante de Argentina y me encontré con muchos déficits. ¿Cómo puede ser que en el primer equipo encuentres jugadores con muy mala composición corporal, mucha masa adiposa grasa, poca masa muscular, bajos niveles de fuerza, resistencia y flexibilidad? Es importante abordar eso, pero en otras edades, porque lo ideal es que en el primer equipo solo tengas que pedir rendimiento.
En las categorías formativas siempre aparecen algunos jugadores deslumbrantes, pero muchas veces no logran convertirse en los futbolistas que uno imaginaba. ¿Cómo se explica eso?
Hay un montón de factores que influyen. Puede haber madurado antes en el aspecto emocional y social, y eso asegura que compita y se relacione de una mejor manera; puede haber madurado antes en el aspecto físico, lo cual le permite tener más fuerza, potencia, velocidad; o haber madurado antes en el plano cognitivo y por lo tanto tomará mejores decisiones. Todo eso determina que, en un momento dado de su desarrollo, se destaque por encima de otros que aún no han alcanzado ese estadio. La única manera de tener una proyección sobre la evolución de ese chico es a partir de parámetros que nos ayuden a evaluar. A menudo uno se queda con lo que ve, pero hay que quedarse con lo que no se ve; es decir, descubrir los déficits que está generando ese jugador y abordarlos antes de que sea tarde.
¿Esas debilidades a veces también tienen que ver con el aspecto emocional?
Si el jugador llega a primera división y no desarrolló el estrés emocional, no va a poder manejar la situación cuando la exigencia de la propia competencia, la prensa y el hincha se manifiesten. Y eso le va a condicionar el rendimiento. Te pongo este ejemplo porque uno a veces se queda con lo técnico y lo táctico, pero el rendimiento es todo y por eso hay que desarrollar al jugador de manera integral y atacar todas esas áreas que influyen en el rendimiento, realizando abordajes incluso desde lo social y desde el ámbito de la psicología del deporte.
¿Qué tan importante es la tecnología para la obtención de datos?
La tecnología es un medio determinante para optimizar todos los procesos de desarrollo. Siempre tuvimos la idea de introducir la ciencia en el fútbol, pero esta idea la pudimos consolidar cuando el Santos Laguna me contrata a fines de 2011. Estamos en la era de la tecnología y obtener datos es muy importante, pero el dato por sí solo no sirve si no lo transformas en información y esa información después la conviertes en conocimiento para poder realizar los abordajes correspondientes. A partir de establecer datos referenciales de cada área, puesto y categoría se puede saber qué se necesita para mejorar al jugador peruano y si los valores obtenidos son buenos, regulares o malos.
¿Ya se cuenta con un perfil de lo que necesita un jugador peruano para competir internacionalmente?
Cuando trabajé con Daniel Ahmed en la selección generamos, con todo el equipo, una gran cantidad de información sobre el rendimiento del jugador peruano, así que tenemos un perfil de lo que necesita para competir a nivel nacional e internacional. Podemos saber, por ejemplo, si un jugador tiene un déficit de fuerza de acuerdo a su edad. Entonces, si bien hay un plan general de entrenamiento, después tiene que haber un plan individual donde se aborden los déficits.
Se suele decir que el rendimiento físico del futbolista peruano está por debajo del que muestran jugadores de otros países del área.
El jugador peruano no tiene una limitante física, tiene prestaciones de rendimiento similares y a veces superiores con respecto a jugadores europeos. El problema no es físico, el problema tiene que ver con el contexto competitivo, los estadios, los horarios, los rivales… Esos factores son los que impiden tener esos rendimientos. ¿Por qué en otros lugares se juega más rápido? Porque la pelota viaja más rápido, porque el jugador decide más rápido. Si les saco la pelota a todos, vemos que el jugador peruano corre lo mismo que otros, así que no es un tema físico sino una cuestión de adaptación competitiva.
¿Y cómo mejoramos eso?
Mejorando las condiciones de entrenamiento y la competencia. En la selección pedíamos competencias internacionales, porque el comportamiento competitivo era diferente en esas ocasiones. También se pidió que se mejorasen las canchas, porque el jugador se adapta a lo que entrena y si las prácticas son en un campo malo, el juego termina siendo lento porque la pelota se mueve lento. Además, debemos mejorar la competencia local porque uno se adapta a lo que propone el rival. Si en el año se juegan cinco partidos importantes y tienes 35 partidos, entonces en más del 75 por ciento no te entrenas para el rendimiento que aspiras alcanzar.
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