Cuando Carlos Desio asumió el reto de tomar las riendas de Cienciano –tras la salida de Cristian Díaz–, sabía que no iba a ser una tarea fácil. La hinchada cusqueña es exigente. En ellos brota la ilusión de ver a su equipo peleando en los primeros lugares y, con la Copa Sudamericana de por medio, mirar el pasado con el anhelo de volver a primeras páginas del plano internacional.
Con una idea de juego atrevida y un poder de convencimiento sobre sus futbolistas, Desio fue capaz de plasmar su 3-4-2-1 y encontrar a los intérpretes correctos para que estos se arropen en su propuesta. Hoy Cienciano está en octavos de final de la Copa Sudamericana y es inevitable que la ciudad imperial no se tiña de rojo como en el 2003, cuando la gente inundó la plaza de Cusco para ver a su equipo festejar en la cara del mismísimo River Plate.
Desio llegó al Perú en el 2021 para dirigir a Binacional y desde entonces sabe perfectamente que nuestro fútbol es una trituradora de técnicos, donde no se respetan los proyectos y el cortoplacismo impera por todos lados. Ahora que a Cienciano le está costando despegar en la Liga 1 –en su último partido empató 2-2 con Juan Pablo II cuando parecía tener todo controlado–, el argentino mantiene la calma y está enfocado en que su trabajo hable por él, con el respaldo de sus jugadores en el campo.
A propósito de toda esta travesía en al ciudad imperial, Depor charló con Carlos Desio para ir más allá de lo que se ve en el terreno. Reveló detalles de su vínculo con los jugadores, su formación como entrenador al trabajar al lado de Jorge Sampaoli, la construcción de su idea de juego, lo que le dejó su labor como formador en juveniles, la salida de Christian Cueva, el recuerdo de Paulo Autuori y el anhelo de seguir avanzando en la Sudamericana.

¿Cómo está su equipo luego del último empate ante Juan Pablo II, donde se les escapa el triunfo en el último minuto del partido?
En base a resultados, no venimos mal porque desde que asumimos llevamos 14 partidos y solo perdimos uno, que fue contra Melgar. El tema es que se empataron muchos partidos y hoy en día, empatar no suma. El otro día contra Juan Pablo II pasó lo mismo que contra Sport Boys. Fue un partido donde íbamos 2-0 arriba y nos dieron vuelta el resultad. Más allá de eso, yo creo que en el primer tiempo podíamos haber hecho más goles para asegurar el resultado, porque lo teníamos controlado. En el segundo tiempo no la pasamos bien, Juan Pablo II creció y terminó complicándonos. Obviamente que duele, pero el rival hizo méritos para empatarlo.
En base a eso, ¿qué le está faltando a su equipo para definir los partidos donde les cuesta traducir su superioridad al marcador?
Esto nos está pasando por mínimos detalles. A la hora de terminar las jugadas, ojalá pudiéramos concreta todo lo que creamos, porque generamos muchas situaciones de gol. Por ejemplo, contra UTC tuvimos la suerte que en el primer tiempo ya habíamos metido cinco goles, donde ya habíamos generado hasta siete u ocho ataques. La otra explicación es que los equipos cada vez son más parejos. Le ganamos a Alianza Atlético, un equipo que, de los últimos nueve partidos, ganó ocho y está prendido arriba. De local, esos equipos se saben cerrar bien, más cuando te meten un gol. Hoy se equipararon mucho las cosas en el fútbol peruano, no hay mucha diferencia entre el primero con el último, son equipos parejos y por ahí los pequeños errores los pagamos caro.
Yendo hacia atrás y mirando todo en retrospectiva, ¿cómo está el equipo que encontró en abril y qué tanto le costó que sus jugadores entendieran su propuesta?
Nosotros agarramos a un equipo que no venía bien en resultados. Por ahí le estaba pasando lo que nos pasa ahora, con muchos empates donde no podía mantener un resultado. Cambiamos la manera de jugar, porque nosotros jugamos con un sistema más posicional, diferente a como jugaban antes, donde el equipo era más vertical. Con el correr de los partidos, empezamos a encontrar los resultados con ese estilo y eso ayuda mucho, sobre todo en la parte de la confianza, de poder intentar cosas que a lo mejor antes no se animaban por miedo a cometer un error. Los triunfos te animan a arriesgar un poco más, con eso pudimos conseguir triunfos en la Copa Sudamericana y clasificar primeros en un grupo donde había un club brasileño como Atlético Mineiro. Contra ellos hicimos un gran partido, en su cancha y donde no nos tiramos atrás. Los equipos brasileños juegan a otra intensidad, tienen calidad, pero creo que el valor lo tuvimos nosotros al ser un equipo firme, sólido. Terminamos dejando una buena imagen. Tenemos que corregir ciertas cosas, sobre todo en los partidos donde empatamos, pero esto pasa porque no hemos podido entrenar específicamente por la seguidilla de partidos. Eso hace que haya un desgaste, no solo físico, sino también psicológico.

Su sistema con tres en el fondo, lo ha llevado a utilizar a futbolistas en posiciones donde normalmente no jugaban, pero que con el correr de los partidos han sabido responderle positivamente. ¿Cuánto les costó convencerlos para que se adapten a esa propuesta?
Cuando nosotros llegamos, decimos que lo más importante que tiene este deporte son ellos, y ellos tienen que saber llevar esa presión. Nosotros como cuerpo técnico, los hinchas y los dirigentes, dependemos de lo que ellos hagan dentro de la cancha. En cuanto a nuestra idea de juego, ellos se sintieron cómodos. Si bien la motivación es importante, también lo es lo táctico y la estrategia, todo va de la mano. No te sirve tener una sola o solo con convencimiento o solo con estrategia. Nosotros tratamos de convencer al jugador que esa posición también puede jugar, algo que vamos probando durante la semana. Tenemos jugadores como Christian Neira, que le toca ser extremo o lateral, o pasar de lateral a volante por dentro. Con el correr de los partidos le van agarrando el ritmo, porque son jugadores netamente ofensivos y con poca vocación defensiva. Para mí, los delanteros ganan partidos, pero una buena defensa te gana campeonatos. Si no te meten goles, no pierdes nunca, pero los partidos se ganan con goles y hay que meterlos. Si miras mis equipos, tanto desde el primer día que vine a Binacional hasta ahora en Cienciano, siempre hemos tenido la idea de ser protagonistas, de pensar en el arco contrario, de estar lejos de nuestro arco, de no conformarnos y siempre querer más. El fútbol es de resultados, y soy un convencido que jugando mejor que el rival, esos resultados se van a dar.
Volviendo a lo sucedido con Atlético Mineiro, ¿qué tiene que pasar para que los clubes peruanos se animen a competirle así a equipos brasileños y ese tipo de resultados sean más constantes en el tiempo?
La ventaja obviamente la tienen los equipos brasileños, los argentinos, porque son mucho más competitivos por cierta cantidad de cosas extras. Si miras el plantel de estos equipos, solo dos jugadores de ellos valen más que todo nuestro plantel. Pero ahí no se trata de nombres, sino de hombres, y yo creo que Perú tiene muy buena calidad en sus jugadores. Hay que convencerlos sobre todo en la parte de la cabeza, de no ir a conformarse a Brasil, de no solo buscar perder por 1-0 o 2-0. Si bien ellos tienen esa diferencia, hay que ir con esa mentalidad, de jugarle de igual a igual, de plantárseles. Ellos están contratando jugadores de Europa, jugadores vigentes y no que están cerca del retiro. Entonces, marcan esa diferencia. Alianza Lima también lo hizo cuando se lo propuso ante Sao Paulo, cuando vio que era vulnerable y se animó. Obviamente los jugadores tienen que estar predispuestos y atentos, porque una mínima falla, esos equipos no perdonan.
Escucho que habla y confía mucho en el talento del futbolista peruano. Cuando a estos jugadores se les explica de táctica, ¿les es fácil interpretar lo que le propone el entrenador o, por el contrario, es mejor no llenarles de tanta información? Lo digo también por cómo se adaptaron rápidamente a su 3-4-2-1.
Yo creo que el jugador peruano tiene que mejorar un poco en esa parte, en la parte táctica, de estrategia, de entender mucho las cosas. Acá no se le puede dar muchos conceptos seguidos, hay que ser más prácticos. Lo mismo a la hora de mostrarle videos, de preparar las tácticas. En Brasil, por ejemplo, nosotros podíamos hacer cuatro o cinco estrategias diferentes dependiendo de cómo vaya el partido. Acá, solo les puedes dar un plan A y a lo mucho un plan B por si algo no funciona durante el partido. A medida que va pasando el tiempo, yo veo que el jugador es cada vez más profesional en el Perú y eso es bueno, porque hoy los jóvenes entienden del cuidado, no solo de interpretar la parte táctica y estratégica, sino en el cuidado que deben tener cada uno como profesional. Este es su trabajo y tienen que estar a la altura de las circunstancias, más cuando los miran de todos lados y siempre puede haber una oportunidad. Yo siento que cada vez se están haciendo mejor las cosas. Cienciano clasificó a octavos, Alianza Lima a los play-offs y Universitario está en octavos de la Copa Libertadores, es algo que no se estaba dando y ahora lo vemos, lo que significa que es un paso hacia adelante.

En cuanto a su idea de juego, ¿cómo la fue construyendo? ¿Cuánto influyó trabajar con entrenadores como Jorge Sampaoli, haber recorrido países como Argentina y Chile?
Todas las ideas son parecidas en todos los técnicos, uno va viendo y a medida que va trabajando, va viendo equipos y va tomando las ideas que a uno le gusta. Yo tengo esta idea más o menos desde que trabajé con Jorge Sampaoli. Con él trabajaba la parte táctica y estratégica, en el análisis de video. Luego empecé a implementar la línea de cinco, me pareció muy interesante porque veía en la fase defensiva que el jugador corría hacia adelante y no hacia atrás. Después, uno ve de todo. Veo a Jürgen Klopp, Pep Guardiola, veo técnicos de todos lados y trato de tomar un poco de los diferentes entrenadores, pero entendiendo que sea algo que me sirva a mí y a mi equipo. Yo no puedo pretender jugar como el Manchester City sin los jugadores que ellos tienen, pero puedo tener una idea similar y basarme en los futbolistas que tengo a disposición. Yo voy variando dependiendo del plantel que tenga. Casi nunca tuve la oportunidad de llevar a mis jugadores, de elegir todo un plantel. Entonces, fui variando en la medida de los jugadores que tenía. Mi táctica va relacionada a cómo me va a jugar el rival. Yo siempre digo que cuando un jugador aprende a jugar con el rival, se le soluciona todas las cosas porque el rival te dice muchas cosas, cómo va a jugar, cómo te puede atacar y cómo puede defenderse. Para mí, el análisis se convirtió en algo muy importante. Pude aprender de gente idónea como Matías Manna, que ahora está en la Selección de Argentina, de Francisco Meneghini que ahora es entrenador de O’Higgins. Son personas importantes que influyeron mucho en mi carrera a la hora de analizar y eso lo sigo haciendo.
Tengo entendido que usted trabajó mucho con juveniles en Argentina y Chile, incluso con selecciones. Con esa experiencia, ¿qué diferencias encuentra entre la formación que reciben los chicos de esos países con los de acá?
El tema pasa por la competitividad en los torneos. Si vas a ver un partido de divisiones menores o juveniles en AFA, ya sea de equipos de Primera División o no, te vas a sorprender con la intensidad con la que juegan, la agresividad con la que se enfrentan a sus rivales. Los campos están en excelente estado y eso ayuda muchísimo a agarrar ritmo y competitividad. Allá los torneos son muy competitivos, mientras que acá no se sabe si se juega o no. Entonces, para los juveniles es primordial el hecho de jugar, porque esa es la base de su futuro, y no solo de los clubes, sino también de la selección nacional. Por otro lado, si en juveniles no tienes resultados, a los técnicos los echan. Yo cuando llegué a Talleres de Córdoba en la fase de juveniles, me dijeron: “tú eres un entrenador formativo-competitivo”. Eso quiere decir que debo preparar al jugador para que llegue a Primera División, pero también debo sacar resultados. Las exigencias son altas, por eso se contrata a buenos entrenadores, donde se necesita a formadores que sepan enseñar el pase, el control, el perfil, todo lo que necesita un jugador para ser completo. Acá falta mucho de eso, falta que se organice mejor los torneos juveniles. Talento hay, y del bueno. Yo hago mucho hincapié en el fútbol juvenil porque siempre me gustó. En Cienciano, si bien seguimos a los que están en la Liga 3, hacemos énfasis en los que están en la Sub-18 y los invitamos a que entrenen con el primer equipo y tengan ese roce necesario para que sean competitivos.

Hablando de su plantel, ¿cómo piensa rearmarlo luego de la salida de dos jugadores que venían siendo importantes como Christian Cueva y Gaspar Gentile?
Hablé con los dirigentes y les dije que me están faltando tres jugadores. Uno por Christian, otro Gaspar y también Romagnoli, que tiene una lesión que lo tendrá parado hasta por lo menos la mitad del Torneo Clausura. La idea es tratar de suplantarlos y meter jugadores por meter, porque hacer un equipo muy amplio no me interesa. Yo soy de darle oportunidades a todos y tener un plantel muy grande termina desvirtuando todo, hasta los mismos entrenamientos. A los dirigentes les voy tirando nombres para que ellos tengan un plan A y un plan B, obviamente fijándome en futbolistas que pueden rendir en mi sistema de juego, para que se adapten rápido. Además, si llegan del llano, también tienen que acostumbrarse a jugar en la altura.
En medio de esos pedidos, ¿cómo quedó la intensión de sumar a Gabriel Costa?
Yo pregunté por Gabriel. Me fijo siempre en los jugadores que me parecen interesantes y no están teniendo minutos, sobre todo en los equipos grandes. Él me dijo que se siente a gusto en la ‘U’, que va a pelear ahí por un puesto y me pareció bárbaro. En la medida de eso, uno va descartando posibilidades. La idea es traer jugadores que me sirvan. Cueva, por ejemplo, es un jugador difícil de reemplazar, pero por ahí podríamos traer a un futbolista más vertical, con más intensidad, no tanto de tenencia como Christian.
Ya con la distancia del tiempo, ¿qué sensaciones le dejó la salida de Christian Cueva?
Las sensaciones son buenas. Uno cuando llega a un club, lo hace para potenciar a los jugadores y cuando pasan cosas como estas, significa que estamos haciendo bien el trabajo y el futbolista se potenció. El fútbol es un negocio y se trata de que el jugador se valorice para hacer un mejor contrato o para ir a un equipo con una mejor propuesta. Y a nosotros nos gusta. Nos duele que se vaya Gaspar, que se vaya Cueva, porque son jugadores que encajaron muy bien en el equipo y en la parte táctica de mi idea. Ambos son jugadores muy queridos por el plantel. Cada vez que uno dirige, se encariña con los jugadores. Yo me hablo con casi todos a los que dirigí.

Este fin de semana enfrentarán a Sporting Cristal y usted se reencontrará con Paulo Autuori, con quien trabajó en Santos.
Necesitamos sumar de local, hacernos fuertes en casa. Vamos a enfrentar a un rival duro. Siempre Cristal tiene una propuesta de juego que me agrada, de hacer buen fútbol. Yo en su momento estuve con Paulo, cuando él era coordinador en Santos. Uno sabe lo que hizo él por el fútbol, y más ahora que está volviendo a ser entrenador. Pero más allá de eso, yo lo valoro por la persona que es, una excelente persona y un excelente profesional. Fue un placer haber compartido ese tiempo con él en Santos, porque no solo aprendí mucho de él, sino también lo empecé a querer por la persona sencilla que es. Es un tipo agradable y uno siempre le desea lo mejor. Obviamente que quiero que pierda contra mí, porque es así.
¿Cómo a los posibles rivales de Cienciano en la Copa Sudamericana? ¿Ya viene analizando a Palestino y a Bolívar?
Van a ser difíciles. Yo creo que somos muy parejos los tres equipos, y muy parecidos. Vamos a ver cómo Palestino se maneja en la altura, eso va ser un factor fundamental si pasan de ronda. En el torneo local es un equipo fuerte, con ataques muy buenos y bien organizados. Bolívar, por otro lado, es un equipo de altura, que tiene un presupuesto fuerte y contrata buenos jugadores. Juegan con una línea de tres como nosotros. Si nos toca Bolívar, con la altura de por medio en ambas sedes, pesará más el juego.
¿Por qué cree que le ha costado tener proyectos largos en el fútbol peruano? Desde que pasó por Binacional hasta su último paso por ADT, siempre tuvo salidas inesperadas, ya sea por decisiones dirigenciales o personales.
El fútbol es de resultados y por ahí a mí no se me dio continuar mucho tiempo en un club por problemas. Una vez fue por temas personales, otro porque los clubes me han cesado del cargo de técnico. También esto es de momentos. Yo tomé la decisión de irme de ADT para venir a un club de mayor exposición, para dar un salto de calidad en mi carrera. Lo hizo Fabián Bustos cuando dejó la ‘U’. A veces el fútbol es de decisiones. Por lo menos yo, no puedo basar mi vida en las decisiones o lo que quieren los demás. Tiene que ser lo que yo quiero y arriesgarme por lo que deseo. Te puede ir bien o mal, es parte de la vida, pero nunca me voy a arrepentir de las decisiones que tomé en mi vida, por más que hayan sido erradas. No puedo basar mi vida en lo que le gusta o no a los demás. Tiene que ser lo que me parezca a mí y a mi comando técnico, porque yo les consulto y que somos un grupo.

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