Las pretensiones eran altas en Alianza Lima. Fiel a su estilo, Roberto Mosquera comenzó el Torneo Apertura en terno. Había un mensaje escondido: la elegancia también tenía que verse en la cancha. Pero los resultados no se dieron y el DT cambió al buzo: como para pensar que la idea, tras la irregularidad, es ponerse el overol.
Sin embargo, el triunfo en Sechura debe traer nuevos aires. Desde el banco, Mosquera entendió lo que el partido le pedía, pese a que algunas cosas no funcionaron como tal. "Hay que reconocer que en el segundo tiempo nos debilitamos. Sentí que el equipo se estaba ahogando y tuvo que hacer los cambios. Con Mimbela y 'Cacho' (Ramírez) emparejamos el juego", comentó el DT de Alianza Lima.
Durante la semana habló de respeto. Y ayer fue consecuente: no deshonró su estilo, y de esa forma construyó el triunfo. La conclusión es que hizo lo que el resto de visitantes, tal vez, no podrá hacer en esa ciudad: ganar. "Es una cancha dura. Con el calor complica, en la medida que el rival crece y nos opone resistencia. Estoy seguro de que pocos podrán ganar aquí", añadió.
La lucha sigue y Roberto Mosquera no da su brazo a torcer. El técnico, que llego a Alianza Lima a inicios de 2016 desde Juan Aurich de Chiclayo, tiene el respaldo de la administración grone, pese a algunos tropiezos. Su contrato es hasta fines de 2017.
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