Si hay historias de superación, una de ellas es sin lugar a dudas la de Marcos Riquelme. A los 22 años, cuando muchos futbolistas ya llevan jugando algunos años en el balompié profesional, el futuro ’9’ de Sporting Cristal estaba lejos de siquiera pisar una cancha de fútbol.
La situación económica en casa no daba para pensar en otras cosas que no sean el trabajo y los estudios, esto último visto como la única forma de dejar atrás las precarias condiciones en las que vivía junto a sus nueve hermanos. A pesar de ello, Marcos siempre se daba un tiempo para pegarle el balón, cuando el tiempo se lo permitía para estar en contacto con su mayor pasión.
Sus primeros trabajos físicos los realizó desde muy pequeño ayudando a su padre, quien se desempeñaba como albañil. Años después se estableció en una fábrica de plásticos. No le corría al trabajo, ni mucho menos a las jornadas de 12 horas que tenía que afrontar. Lo que si le causaba pena era trabajar los fines de semana, ya que se perdía algunos partidos del campeonato amateur, por aquel entonces su mayor aspiración.
Pensar en ser futbolista profesional estuvo lejos de su cabeza hasta recién los 22 años, una edad que marcó el comienzo de su camino futbolístico. Mientras se daba tiempo para combinar las labores en la fábrica y defender los colores del club de su barrio Antonio Toro, al delantero le llegó una propuesta que lo hizo dedicarse al fútbol de lleno, una grata noticia para él.
Se trataba del Fénix, institución que militaba en la última categoría (Primera D) del balompié argentino. Si quería llegar ser futbolista profesional, de arranque partía con muchas desventajas: la edad y la división en la que encontraba. Sin embargo, solo enfocó en demostrar sus habilidades y nunca bajar la cabeza, para dar comienzo a una prometedora carrera futbolística.
No pasó mucho tiempo para que su talento innato como goleador sea notado en las ligas del ascenso argentino. Olimpo de Bahía Blanca lo fichó para la temporada 2012-2013, y aunque no anotó en los seis partidos que disputó, su paso por la Primera B Nacional lo ayudó a ganar rodaje en su país.
Al año siguiente volvió a Fénix, pero esta vez para disputar dos divisiones arriba, la Primera B Metropolitana. Fue allí donde mostró sus credenciales en el ataque. Riquelme marcó 12 goles, suficientes para que Pablo Guede, actualmente en Tijuana de México, decida apostar por él en el Palestino de Chile, su primera aventura en Primera División.
Entre 2014 y 2016, Riquelme anotó más de 20 goles con la escuadra tricolor. Después pasó por Audax Italiano, registrando 12 anotaciones más y convirtiéndose en un jugador codiciado por los grandes equipos del país sureño.
La siguiente parte de su carrera la llevó casi en su totalidad desde el 2018 en Bolívar de La Paz, teniendo un breve paso (2019) por la Universidad de Chile. En el celeste paceño hizo más de 70 goles, tanto en el torneo local como en el plano internacional. Su última parada ante de llegar al celeste limeño, donde espera seguir escribiendo su historia en el fútbol, corta pero exitosa por donde se vea.
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