La suspensión del fútbol peruano por la pandemia de covid-19 afecta principalmente a la mayoría de equipos de la Liga 2 y Copa Perú, que viven una gran incertidumbre tras la alteración de sus planes por el nuevo coronavirus.
Esta delicada situación ha provocado que muchos jugadores del ascenso nacional se vean obligados a generar ingresos de otra manera, como Emerson Cotrina Chávez, quien disputó la Finalísima de la Copa Perú con Sport Chavelines el año pasado y ahora se las ingenia en el mercado mayorista de Trujillo.
“Como todos saben, el fútbol quedó suspendido por el coronavirus y hay que trabajar ahora en todo. Gracias a Dios, estoy vendiendo en un puesto del mercado mayorista. Por ejemplo, el sábado un familiar me trajo sandías y las vendí también”, señaló el mediocampista, demostrando buena actitud en medio de la emergencia sanitaria que afronta el país.
El exintegrante de Universitario Trujillo, Juventud Bellavista, Sport Vallejo, Deportivo El Inca y Carlos A. Mannucci, de amplio recorrido en el ‘fútbol macho’, es uno de los futbolistas perjudicados con la complicada realidad de los conjuntos del ascenso peruano, que están en serio riesgo.
Cotrina, quien formó parte del cuadro de Sport Chavelines que se ganó el derecho a disputar la Liga 2 en 2020, espera que su situación de resuelva en las próximas semanas, una vez que se confirme cuándo podría ser remunerado nuevamente por su labor dentro de las canchas.
Sport Chavelines, en respuesta a la crisis, anunció que los jugadores su plantel profesional y de Copa Perú recibirán un bono voluntario mensual hasta que se reanuden los torneos, con la intención de aliviar en algo la canasta familiar de sus empleados.
Coopsol, otro conjunto de la Liga 2, rescindió los contratos de toda su plantilla porque, argumenta, no puede pagar los salarios mientras el fútbol esté suspendido por la pandemia, pero prometió volver a contratar a jugadores y técnicos si finalmente se disputa el torneo.