Si pensamos en un país en el que reine el fútbol, difícilmente de inmediato se nos venga en mente Australia. El país isleño, tiene aproximadamente 20 millones de personas y su principal actividad deportiva es el fútbol australiano. El 'deporte rey' queda relegado al tercer puesto; sin embargo, contando Rusia 2018, tendrán su quinta participación en una Copa del Mundo, tres de ellas gracias a su máxima estrella, Tim Cahill.
Desde que nació Tim, sus padres ya lo veían como futbolista. A los 18 años dejó su natal Sidney para llegar a Inglaterra y cumplir el sueño de ser profesional. Millwall F.C sería el club en el que iniciaría una carrera llena de éxito.
Siete largas temporadas y 54 goles en el club de Bermondsey, harían que Everton ponga los ojos en él. Su linaje samoano, por parte de madre, e inglés, por parte de padre, crearon una combinación de coraje y perseverancia que muy pocas veces se observó en Goodison Park. Jugó 264 partidos y anotó 62 goles, siendo considerado uno de los ídolos más importantes del club.
Tim tuvo en su poder la decisión de elegir con qué selección participar en torneos internacionales: Inglaterra, Samoa y Australia. Finalmente erigiría a los Socceros, a pesar de participar en la selección samoana a los 14 años de edad.
Alemania 2006 sería la excusa perfecta para empezar brillar con los oceánicos. 'Don Fiable'-por su efectividad en momentos claves- fue importante en las eliminatorias previas y llevó al equipo a un Mundial luego de 32 largos años. Ya en el torneo, anotó el primer gol en la historia del país en Copas del Mundo. Un doblete a Japón marcó un hito importante en su camino a convertirse en el ídolo más importante de la selección.
En Rusia 2018, Cahill buscará ingresar al selecto grupo de jugadores que anotaron en cuatro mundiales de forma consecutiva, un título que solo fue alcanzado pro Uwe Seeler (Alemania), Pelé (Brasil) y Miroslav Klose (Alemania).
El extécnico de Australia, Ange Postecoglou, definió a Cahill como un jugador que “Cree mucho en sí mismo”, “es único y extraordinario” y “nos lidera desde el frente de ataque”. A pesar de tener caídas y derrotas, Tim logra ponerse de pie con sus 38 años y demuestra que la edad en el fútbol puede ser solamente un número.
Lo característico de Cahill es su celebración. Cada vez que anota corre al banderín del tiro de esquina y lo golpea como si fuera un saco de box, deporte que practicó toda su vida. De inmediato los ingleses lo denominaron el 'futbolista boxeador'. Apodo que cae como anillo al dedo, debido a que le puede faltar muchas veces fútbol, pero nunca ganas de pelear hasta el último round.