Perú y Argentina se parecieron mucho más de lo que imaginan. Así lo quisieron ambos entrenadores, que eligieron el 4-2-3-1 como sistema táctico y también coincidieron en el camino para buscar el arco contrario.
Jugando siempre largo hacia el centro delantero para después intentar jugar lo más lejos posible de su arco. Con el entusiasmo y aire de los primeros minutos el partido fue muy luchado y con poco juego hasta la pelota parada del primer gol de Argentina, pelota parada que también le había dado una posibilidad anterior a Perú (el cabezazo de Cueva).
La Selección Peruana va en busca del empate de la misma manera, intentó jugar después de pelear y por momentos lo hizo bien, logró asociar, usar el ancho de la cancha y encontrar a Cueva dispuesto siempre a intentar jugar, mejoró y con esto los defensores pudieron presionar y anticipar más lejos y mejor.
Pero estuvo siempre expuesto al letal contragolpe argentino, con jugadores muy veloces y siempre frescos. Frescos porque no tuvieron necesidad de desgastarse en presionar, no tuvieron a quién hacerlo, pues Perú eligió siempre jugar largo. En esa frescura también nos parecimos a Argentina y justamente Cueva, Paolo y los ingresos de Da Silva y Ruidíaz nos permitieron asociarnos rápido, generar situaciones de gol y empatarle dos veces el marcador a Argentina. Sí, a esta selección argentina llena de jugadores con muchísimos partidos importantes, que, sin embargo, nunca pudo ni supo controlar el juego.
Rescato mucho el entusiasmo de Perú reflejado en todos, la capacidad y calidad de Alberto, la jerarquía de Paolo y el talento de Cueva. Puntos altísimos donde la selección puede apoyar las buenas intenciones y por momentos materializaras.
Pero la Selección Peruana sigue necesitando ese funcionamiento que le permita sacar ventaja de sus virtudes y mejorar o en el peor de los casos esconder sus limitaciones. Para eso se necesita tiempo para poder entrenar. Tiempo que Gareca no tiene, con 3 a 4 días cada 2 meses diría que es imposible hacer jugar bien a un equipo.
Puede competir claro que sí, son buenos jugadores, quieren la camiseta y se entusiasman y emocionan a la gente con su entrega. Pero eso no nos alcanza, no nos alcanzó y no nos alcanzará.
Gareca necesita tiempo para encontrar mejores maneras de llegar a Paolo con ventaja como el excelente pase de Trauco en el primer gol peruano, tiempo para encontrar más libre a Cueva y para que esté se asocie y organice más y mejores ataques, tiempo para preparar una pareja de delanteros que se complementen muy bien, tiempo para defender mejor como no pasó en el segundo gol que recibimos, tiempo para salir jugando desde atrás, para que nos permita tener ventaja en las lineas posteriores. Tiempo para los que hoy son puro entusiasmo mañana puedan ser también jugadores de mayor jerarquía. Tiempo para darle forma a una idea, corregirla y mejorarla. Así de está manera se ira dando el recambio generacional del que todos hablan.
Y justamente tiempo no tenemos, mucho menos paciencia.