Una versión que salió de las personas cercanas a la concentración de la Selección Peruana en Cusco era que Paolo Guerrero se autoexcluyó del partido contra Bolivia en La Paz porque ni bien arribó a Lima, declaró a la prensa que no estaba acostumbrado a jugar en la altura. Estrictamente, no le falta razón al delantero de Flamengo. Sin embargo, debe existir alguna otra información privada para que se hable del tema con tanta seguridad.
Si bien la versión puede resultar creíble; no obstante, nosotros tenemos una interpretación futbolística para explicar por qué el entrenador Ricardo Gareca sentó a Guerrero y colocó en los entrenamientos a Raúl Ruidíaz, delantero del Monarcas Morelia.
Colocar a Paolo de 9 en La Paz, más allá de la altura, es aumentar las posibilidades que el pelotazo largo, buscándolo para que pelee o recepcione el balón con el pecho (una de sus especialidades), sea una obligación, como ha sucedido en anteriores partidos, tanto en las Eliminatorias como en la Copa América Centenario. Esta opción, además, es poco viable en La Paz porque obligaría a que los recorridos de los demás jugadores sean más largos e intensos para llegar acompañar al delantero; por lo tanto, el cansancio, a más de tres mil metros sobre el nivel del mar, se mostraría de una forma más evidente en nuestros futbolistas.
El riesgo de colocar como titular a Guerrero en La Paz puede generar que el equipo sea largo porque no tiene responsabilidades defensivas. O sí, pero no las cumple a cabalidad. Gareca, en cambio, quiere que el equipo sea corto y que presione en bloque. En la altura, se suele disputar la segunda pelota a muerte; por eso, mientras que el equipo luzca compacto, tendrá mayores posibilidades de ganar ese segundo balón que puede ser determinante.
No poner a Guerrero y sí a Ruidíaz es, entendemos, priorizar la velocidad y disparo del ex Universitario en un lugar donde dicen que la pelota va más rápido. Si la pelota va más rápido, el jugador veloz contra uno lento debería sacar más ventaja. Ruidiaz, además, te entrega dos opciones de pase: o se la das al pie o larga para que pique al espacio vacío. Sus movimientos suelen ser alternados: retrocesos y otros profundos.
Pensamos que por estas razones Gareca opta por el Enano: para no obligar al equipo a tirarla larga, sino salir jugando, tener el balón la mayor cantidad de tiempo posible y meter el cambio de ritmo post recuperación o en determinado lugar por decisión y voluntad propia antes que por obligación. En la medida que Perú tenga más tiempo el balón en su poder, hará correr mucho más a Bolivia. No tenerla y rifarla buscando a Guerrero, le facilitaría la labor.
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— Diario Depor (@deporpe) August 31, 2016