Por: Jorge Moreno
Dicen que en el pecado está la penitencia. Y hoy, Nolberto Solano lo sabe mejor que nadie. Al asistente de Ricardo Gareca se le debe estar ‘cayendo la cara’ de vergüenza por el papelón que protagonizó la noche del jueves, y que acaparó la atención de la prensa local e internacional. No es normal que un personaje de su categoría haya transgredido de manera tan irresponsable las normas dictadas por el Gobierno para hacerle frente al coronavirus.
Sin mascarilla de protección y con un menor de edad en brazos en una hora en la que ningún ciudadano sin autorización puede estar en la calle, ‘Ñol’ dio el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer en estos días. “No hice nada malo. Los que no se pueden juntar son los que están infectados”, fue su insólita defensa ante el periodista Jaime Chincha.
Pero ayer, el excapitán de la bicolor cambió el discurso: se mostró arrepentido y ofreció disculpas públicas. ¿Deben separarlo de la selección? Su falta lo amerita, creemos, pero en la FPF no tomarán ninguna decisión... por ahora.
Eso sí, el bullying en redes sociales fue incontenible: le ‘pegaron’ de todos lados. Y hasta la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, elevó su voz de protesta: “Cuando termine la emergencia, (Solano) debe ingresar al registro de infractores y ser dispuesto ante el Ministerio Público por no respetar las medidas”, declaró.
Hay que aprender la lección: quedarse en casa es el medio más eficaz para evitar infectarse con el COVID-19. Todos los ciudadanos, sin excepción, debemos entenderlo. Para ganar este ‘partido’, tenemos que ‘jugar’ unidos.
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