El 14 de octubre de 2015 inició el proceso de Juan Carlos Osorio con la Selección de México. El colombiano, durante todo este tiempo, ha sido cuestionado ácidamente por la prensa local debido a la forma de trabajar con el equipo nacional.
El colombiano ha repetido oncenas pocas veces, pues confía mucho en las rotaciones para no desgastar física y mentalmente a los jugadores. De esa manera, también, podrá evitar lesiones que perjudiquen a los elementos en los que confía.
El ‘cafetero’, además de cambiar de protagonistas de un juego a otro, varía de sistema táctico (quizás el más usado sea el 1-4-3-3), cambia de posición a sus jugadores y adecúa la formar de afrontar un partido pensando o intuyendo en cómo lo hará el conjunto rival.
Por último, Osorio, a lo largo de todo este tiempo, ha brindado la confianza a los mismos futbolistas. Principalmente quienes actúan en el extranjero. Mientras que ha ido encontrando variantes entre los mejores de la liga local.
Solo el arco de México parece tener dueño. Guillermo Ochoa es el portero que más confianza genera en el ‘Tricolor’. Con Osorio o sin él, ‘Memo’ es el más regular y destacado, quizás por encima de sus competidores Alfredo Talavera, Jesús Corona o hasta Rodolfo Cota.
Osorio gusta de la marca zonal, sobre todo cuando coloca cuatro hombres en el fondo. El cuadro ‘Tricolor’ suele quedar con superioridad numérica contra los atacantes rivales, pues cuenta con el apoyo de los medios centrales.
Aunque la falta de continuidad de los defensores (aspecto que mejorará porque Héctor Moreno o Miguel Layún ya tienen más minutos en sus equipos) provocaba fallos en las coberturas, relevos y anticipaciones. La falta de ritmo genera, entre tantos factores negativos, desorden e inconsistencias en el fondo.
Los jugadores que alternan en la media cancha de México tienen las labores más complicadas. No solo colaboran con los defensores haciendo coberturas, también deben generar el juego. Los abanderados de aquello son Héctor Herrera y Andrés Guardado.
Ambos jugadores aparecen cerca de su área, defendiendo, robando balones y, gracias a la velocidad y precisión, también conectan con los atacantes. Al desprenderse de su zona por el centro de la cancha a pura velocidad y potencia; o lanzando pases por el medio y apoyándose con los extremos.
Para atacar, Osorio apuesta por extremos veloces, dribleadores, encaradores, atrevidos en el uno contra uno. Hombres que sean capaces de ganar esos duelos y, entre otras cosas, llegar a la banda para lanzar centros o, en todo caso, aprovechar la improvisación para hacer daño.
De acuerdo a la cantidad de defensores o la dificultad del equipo, el entrenador de México usará dos hombres en punta (uno saldrá del área para colaborar con el juego y otro entre los centrales) o un centrodelantero, quien también peleará contra los zagueros, buscará ganar la espalda cuando el oponente adelante líneas.
La versatilidad –de jugadores, sistemas y posiciones- es la principal carta de presentación de Mexico para Rusia 2018. La agresividad, voluntad, organización de los medios y defensores es otro sello del seleccionador. La inventiva para los atacantes. El hambre de gloria para toda la plantilla.