He escuchado en los últimos días que Perú debió ser uno de los clasificados a octavos de final de Rusia 2018. Que el equipo de Ricardo Gareca jugó mucho mejor que Dinamarca en la primera fecha y el que el tanto de Yussuf Poulsen fue demasiado premio para los europeos. Que el juego de la 'bicolor' encantó incluso a Vicente del Bosque - campeón del Mundial Sudáfrica 2010 con España -, quien le tiró flores a nuestro país.
Es más, algunas voces dijeron que hasta ante Francia bien pudimos sacar un empate. Que pintaba para tener siete puntos en esta fase de grupos donde finalmente logramos tres y quedamos eliminados luego de ganarle 2-0 a Australia. Y es que en una Copa del Mundo hay que ser efectivos de cara al arco rival; acá no hay ganadores o campeones morales. El que marca más veces pasa de ronda y, si el juego y algo de suerte lo acompaña, te llevas el campeonato. Francia, por ejemplo, solo con tres goles se metió a octavos como primera del Grupo C. La 'blanquirroja' fue efectiva al final, pero ya era demasiado tarde.
Lo hecho ante los 'Socceroos' debe servir de lección para lo que se viene en la Selección Peruana. Contra los oceánicos creamos varias chances y metimos dos. Incluso tuvimos un remate al palo. Había que meter gol sin la posesión del balón. De esa manera había que inflar la red del rival... y así sucedió. ¿De qué me sirve jugar bonito por momentos si al final ya estoy haciendo maletas para volver a mi tierra? A jugar bonito y que eso se refleje en el marcador. Eso. Doce tiros a puerta en Rusia se convirtieron solo en dos goles. Un aspecto que se puede mejorar en los próximos meses.
El futuro es prometedor. Un André Carrillo consolidado y que dejaría Watford por un mejor club, una pareja de volantes como Tapia y Totun, Aquino que quita hasta el aire al medio cuando le toca entrar, Santamaría 'bendita' en la defensa y un 'Orejas' Flores cada día más movedizo que un niño en fiesta infantil da para soñar que daremos pelea rumbo a Qatar 2022. Eso sí, siempre y cuando anotando. 'Tigre', no te vayas.