La revolución del futbol nipón comenzó a fines de los años 80. Hasta antes de aquella época el balompié no estaba entre las prioridades deportivas del país, pese a ganar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de México 1968. Como coincidencia, por esos años, nació el mejor jugador de la historia de Japón. Su nombre: Shinji Kagawa (1989). Quizá lo que más se asemeja al personaje de 'Oliver Atom', el mítico jugador de la serie japonesa ‘Súper Campeones’, que cautivó a varias generaciones.
Kagawa (hoy en el Borussia Dortmund) es el máximo goleador japonés de la Bundesliga (54 tantos) y, además, fue el primer nipón en jugar en uno de los cinco grandes de la Premier: sumó dos temporadas en Manchester United (2014-2016). Pero antes de convertirse en una estrella e ídolo en su país, Shinji construyó la más increíble de las historias. Comenzó su carrera futbolística a los siete años, en las academias de su natal Osaka.
A los 12 años, cuando ingresó a la escuela Miyagi Barcelona –que no tiene ninguna relación con el club español- , Kagawa empezó a tomar el fútbol como una profesión. “Me di cuenta que era lo quería hacer el resto de mi vida. Aprendí a patear tiros libres, tocar, moverme. Todo lo que ven de mí, lo aprendí allí”, reveló Shinji hace unos años en una entrevista. Pero no sería hasta los 17 años que iba a ser reconocido en todo el país. Fue el jugador más joven, en la historia del fútbol japonés, en firmar un contrato profesional en 2009. El Cerezo Osaka, de la segunda división, se fijó en él. Esa temporada, anotó 42 goles y logró el ascenso a primera.
Pero toda esa magia de Kagawa procede de una inspiración. El japonés nunca ha ocultado su fanatismo y admiración por Andrés Iniesta. Es más, alguna vez reveló que, de adolescente, devoraba los videos del español para poder imitarlo en la cancha. Por ejemplo, la famosa ‘croqueta’ –regate que consiste en engañar al rival moviendo el balón de un pie a otro- de ‘Don Andrés’ es una de sus jugadas preferidas. Más allá de su estilo ‘barcelonista’ para jugar –que viene desde su formación en el Miyagi, club que imitaba los patrones de la ‘Masía’- , Shinji combina habilidad e ingenio con la agilidad asiática. Una mezcla brutal.
Y tal como lo anticipó un día, cuando era jugador del Miyagi, su reto será hacer un buen papel con los ‘samuráis’ en Rusia 2018. “Seré la estrella de mi selección”, le dijo, con solo 15 años, a Noburu Kusaka (su técnico en esa época). En la actualidad, el serbio Vahid Halizhodzic, entrenador de Japón, ya le ha impuesto esa responsabilidad (su sueño de adolescente) a Kagawa. Fue el goleador nipón, con seis tantos, en la última Eliminatoria y es la principal carta. En su talento, está la esperanza nipona de pasar la fase de grupos.