¿Cómo es Rusia?, ¿Cómo son sus estadios y qué tal es el clima? Una pregunta que, en la Selección Peruana, podrían responder jugadores con experiencia en Europa como Jefferson Farfán, Paolo Guerrero o Alberto Rodríguez, pero que también podría hacerlo Nilson Loyola. De hecho, aunque todavía no haya salido de nuestro país, el lateral de Melgar es uno de los que tiene mejores referencias del país presidido por Vladimir Putín
Según 'Doña' Charo, la madre de Loyola, está historia ha sido pocas veces contadas. Ella dice que Nilson está más que listo para jugar la Copa del Mundo, afirma que no siente presión, ni que tampoco le afecta tanto el clima o otra característica propia de la localidad. Está convencida y la razón para estarlo es que para su hijo este será el segundo 'Mundial' que disputará en Rusia.
El saludo de Gareca hacia André Carrillo por su cumpleaños
Hace unos años, el lateral nacido en Sporting Cristal recorrió las canchas de Moscú, Kazán y Saransk jugando un mundial. Así como lo escucha, Nilson Loyola estuvo en una Copa del Mundo disputada en Rusia. Claro, no de la magnitud de la que se viene para Perú, pero sí de una cita mundial universitaria donde defendió la camiseta de 'Alas Peruanas' y destacó como uno de los mejores.
Fueron 15 aproximadamente los días en los que Nilson Loyola estuvo en Rusia por primera vez. En ese entonces él ya tenía claro que iba a ser futbolista profesional, pero nunca imaginó que la vida lo devolvería por estas tierras.
Para Loyola este mundial fue una de las experiencias más bonitas de su vida; pero a la vez la que le trae a la mente uno de los dolores más grandes: Nunca imaginó que al regresar de Rusia, mientras viajaba en el avión, se enteraría de la lamentable muerte de su hermano del alma, Yair Clavijo, quien perdió la vida en el 2013 en un campo de juego tras sufrir un paro cardio respiratorio.
Fue su momento más duro, con Clavijo crecíó y compartió todo desde muy niño. Un dolor que tardaría mucho en superar, pero que conseguiría hacerlo. Eso si, hasta el día de hoy, cada logro, cada gol, va acompañado de una mirada al cielo en honor a su querido amigo.
Un hombre de pocas palabras
Si hay algo que caracteriza a Nilson Loyola es el trabajo en silencio. No le gustan las cámaras y prefiere que su fútbol hable por él. Su personalidad molesta mucho a su madre, quien a manera de sermón le ha dicho varias veces que parece el "raterito de la Selección Peruana". Es decir, una persona que está ahí, pero que actúa como si no estuviera.
Nilson es, según su madre, una excepción en una familia recontra 'pilas' y, sobre todo, fiestera. Su personalidad tan reservada lo convierte en toda una caja de sorpresas y así como la anécdota del Mundial en Rusia, Loyola es protagonista de otra historia increíble:
Cuando Ricardo Gareca lo convoca a la Selección Peruana para los amistosos de la bicolor ante Croacia e Islandia, su corazón empezó a acelerarse. No tanto por jugar partidos de esta magnitud, sino que para Nilson era una oportunidad única, la ocasión perfecta para ver por primera vez a su padre.
El papá de Nilson, César Loyola, un ex futbolista de Sporting Cristal, llevaba más de 20 años trabajando en los Estados Unidos y ese esfuerzo lo obligó a separarse de sus hijos, entre ellos de Nilson, a quien dejó de casi 3 años, pero nunca dejó de estar pendiente de él.
El sueño de ambos siempre fue conocerse y esta vez, gracias a la bicolor, ya no habría excusas para hacerlo. En la concentración de la Selección Peruana, César Loyola hizo todas las coordinaciones y llegó al encuentro de su hijo. Nilson lo veía a lo lejos, nervioso, sin saber qué hacer.
Mientras su padre se acercaba, sus ojos se iban humedeciendo y su corazón latía cada vez más fuerte. Los centímetros se recortaron a menos de 20 y ya no había nada que pudiera detener el conmovedor abrazo que se darían papá e hijo. Un momento único que tuvo que esperar 20 años para darse.
Y estas fueron solo dos de las historias de un personaje que se esmera con ser secundario dentro en la Selección Peruana, que no le gusta mucho la fama, pero que en este Mundial podría darle un cambio radical a todo eso. Tiene que hacerlo.