A veces, un acto de bondad al azar puede significar un gran cambio en la vida del prójimo, sobre todo si sabemos que sufrió una irreparable pérdida en su vida. Una mujer en Estados Unidos, cuyo esposo y padre de sus hijos perdió su lucha contra el cáncer, cuenta su historia que tiene como protagonista a un extraño que se apareció en la puerta de su casa.
Todo ocurrió en Nebraska cuando el conductor de un camión de una conocida empresa de envíos ayudaba regularmente a palear la nieve que se acumulaba en la entrada principal de la casa de una viuda, que desconocía de este acto de generosidad hasta que finalmente pudo verlo en video gracias a una cámara que instaló.
“Mi esposo murió después de una batalla de 7 meses contra el cáncer a los 42 años. Unos meses después, intentaba inflar las llantas de mi auto y no podía quitar la tapa del caucho. Me percaté de un camión de FedEx y le pedí ayuda. Estuvo más que dispuesto a ayudarme”, relata Leigh Anne Skoda al hablar sobre el protagonista del video que causa furor en YouTube.
“Cuando se enteró de mi situación, y que era madre de tres niños menores, se ofreció a ayudarme de cualquier forma que pudiera”, agregó la mujer, sin saber que aquel ofrecimiento fue realmente sincero ya que al parecer dicha persona se identificó con la dolorosa experiencia que le tocó vivir al perder a su compañero de vida.
Desde ese instante, el buen samaritano visitaba su casa y paleaba la nieve de su entrada sin que ella se diera cuenta. “Las cámaras de seguridad no solo graban a personas robándose los paquetes, ya que nuestro repartidor de FedEx, con toda la bondad de su corazón, palea mi entrada”, precisó la mujer en una publicación de Facebook que se hizo viral.
“Realmente siento que nos cruzamos con gente importante en nuestros caminos por algún motivo. ¡Gracias, Brian Scholl, por ser como eres y ser una de las personas que de verdad ‘entiende’ nuestra situación!”, finalizó la mujer sobre el accionar de esta persona de buen corazón que tuvo la suerte de grabar en video.
Los actos de generosidad, por más pequeños que sean, valen la pena ser destacados ya que la amabilidad no cuesta nada, ya sea saludando a los ancianos, ayudar a los adultos mayores a cruzar la calle, visitar niños enfermos en los hospitales, ofrecernos de voluntarios en las casas de reposo, donar ropa que ya no usamos, por nombrar algunos.