Todos sueñan con ganar el Mega Millions y Powerball, independiente si sea ciudadano estadounidense, extranjero residente o un inmigrante indocumentado. Pero, ¿cualquiera de esos estatus permite acceder al premio de esas loterías?
Para ganar la lotería no es necesario ser estadounidense, pues muchos latinos han ganado el premio, sea el jackpot o de otros niveles, que permite llevarse millones o decenas de miles de dólares a casa.
No olvidemos que el ganador histórico de la lotería es Edwin Castro, quien ganó el bote de US$2,04 billones del Powerball en California, un ciudadano estadounidense de origen hispano.La pregunta entonces es: ¿un indocumentado puede cobrar el premio de las loterías más famosas de Estados Unidos?
La respuesta es sí. Si, especificamente, hablamos de estatus migratorio, no se necesita ser ciudadano estadounidense, ni para participar, ni para cobrar algún premio, por lo que los inmigrantes indocumentados y los no residentes tienen derecho a cobrar los premios, explicó a Univisión el portavoz de la Lotería de California, Jorge de la Cruz.
“Lo que debes saber es que en California cualquier persona que compre un boleto de lotería y gane un premio, puede cobrarlo”, aseguró De la Cruz.
Cabe mencionar que el portal de Powerball señala que no es necesario ser ciudadano o residente de los Estados Unidos para poder jugar. No obstante, es importante tomar en cuenta algunos factores para hacer válido este derecho, ya que algunas reglas suelen variar de un estado a otro.
Una de las diferencias principales tiene que ver con la posibilidad de permanecer en el anonimato o no cuando se gana un premio y los montos para el pago de impuestos.
Por ello, si comprarás un billete de lotería de Mega Millions o Powerball, es importante que consultes las reglas para cobrar premios en tu estado.
Para cobrar el premio se requiere:
Es importante mencionar que los impuestos sobre el premio son mayores para los no ciudadanos, quienes deben pagar entre un 30% y 40%, además de los impuestos estatales. Mientras tanto, los ciudadanos estadounidenses pagan entre el 25 y 30 por ciento.
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