Esta película fue rodada como una más de las que se hicieron en su época. Si bien fue trabajada al detalle, tanto en la escritura del guion como en la producción y el elenco, tal vez nadie hubiera dicho que sería una obra maestra del cine, una de esas historias que, a pesar de las décadas, se mantienen tan actuales y asombrosas. La cinta se encuentra disponible en HBO Max y no te puedes perder los 102 minutos de vértigo, romance, traiciones y conspiraciones en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
Contar una buena historia en la pantalla grande tiene sus retos y, como en todo arte, su campo de riesgo, ese piso incierto de lo que podría pasar con la cinta tras su estreno: el aburrimiento del público, el repudio de la crítica o quizás una tibia recepción de los espectadores en general.
Al inicio, este filme tuvo un recepción para nada sorprendente y parecía que se perdería entre las novedades de su época: su estudio tenía como una docena de estos proyectos relacionados al tema bélico, tan coyuntural en Estados Unidos en ese entonces. Sin embargo, sus protagonistas, las historias cruzadas y un gran instinto captó el clima de esos años y también uno que se mantiene hasta ahora.
Para algunos, es una de las historias de amor imprescindibles de todos los tiempos; para otros, una ficción política sobre el papel que jugó Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. También han sacado lecturas sobre la lealtad, la traición, la opresión, la lucha por un futuro mejor. Esas son las claves, y seguro los factores de su genialidad, de la película que no te puedes perder en el catálogo de la plataforma de streaming HBO Max.
AMOR Y POLÍTICA
“Casablanca” es la película que se estrenó en 1942 y se convirtió, con el pasar de los años, en una de las mejores de la historia del cine. La ficción, dirigida por Michael Curtiz, fue protagonizada por los inolvidables Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en los personajes de Rick Blaine e Ilsa Lund. Fue nominada a 8 categorías de los Premios Oscar y ganó tres: Mejor película, Mejor guión original y Mejor montaje.
Pero los premios no hacen un clásico. El filme, después de más de 80 años, se mantiene vigente por el argumento que desarrolla un amor prohibido en Casablanca, Marruecos, en medio de la Segunda Guerra Mundial y el avance del fascismo alemán en Europa. La trama no ha envejecido ni por el contexto histórico ni la propaganda política a favor de Estados Unidos: va más allá al explorar el desamor, la traición, la lealtad, la lucha y la amistad, entre otros temas.
La premisa principal de la ficción radica en Rick, el dueño de un café-bar con juegos de azar, políticos, autoridades policiales y militares, así como algunas cuitas de amor. El protagonista es un hombre adusto, calculador, que bebe a solas y parece esconder una tristeza que tomará forma con el transcurso de la cinta: la de Ilsa Lund.
Bogart y Bergman relucen en las escenas de “Casablanca”, poniendo en relieve los sentimientos de su pasado. El resplandor perdido entre ambos se manifiesta en medio de otra historia, la política: el escape de Víctor Laszlo (Paul Henreid), un líder de la resistencia checa en contra de los abusos de los nazis.
Los dilemas de “Casablanca” no se plantean solo en el plano emocional, sino que también en el ciudadano y hasta el patriótico. Por eso, el romance y el contexto histórico se entremezclan y se enriquecen de manera mutua. Así, la película escapa de una sola categoría y tiene una serie de círculos concéntricos en su trama que generan una experiencia más variada, consiguiendo conmover, emocionar, sufrir y disfrutar de un clásico inagotable en más de ochenta años.