En las redes sociales se viralizó que tomar café caliente con zumo de limón por las mañanas te ayudará a adelgazar rápidamente, pero ¿se trata de una dieta eficaz para bajar de peso o no tiene ningún sentido tomarlo? Los expertos lo aclaran. Esto es lo que necesitas saber sobre los beneficios y riesgos potenciales de beber café con limón.
En las redes sociales se puede encontrar infinidades de trucos para perder peso. No obstante, no hay ninguna evidencia científica que confirme que la mezcla de café con limón ayuda a adelgazar. Los especialistas aseguraron que no hay “soluciones mágicas” contra la obesidad y el sobrepeso, y advierten que las dietas que circulan en las redes sociales pueden ser peligrosas.
Para lograr una pérdida de peso saludable, debes realizar ciertos cambios en tu dieta o en tu estilo de vida y no como asegura a la tendencia del limón con café de TikTok, que tiene más de 20 millones de reproducciones, que muestra el antes y el después de varias personas que aseguran que siguieron esta fórmula y perdieron peso en tiempo récord, y animan a otros usuarios a sumarse al desafío con la etiqueta #cafeconlimon.
“No hay ninguna evidencia científica que diga que tomar café con limón puede ayudar a quemar grasas o bajar de peso. No hay ningún trabajo, ni soporte científico que sostenga esta afirmación”, explicó el médico especialista en nutrición Gustavo Frechtel, jefe de la División Nutrición del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) a Factchequeado.
¿Qué dice la ciencia sobre el café con limón para bajar de peso?
Para lograr un cambio físico, como es bajar de peso, se debe tener un proceso, en el cual, se requiere un consumo menor de calorías, por ende, una alimentación saludable y balanceada y realizar actividad física. No por beber algo como por arte de magia y menos, sin un sustento científico.
Para la licenciada en nutrición Gabriela Rimer, miembro del Consejo Directivo del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires, tomar café con limón es una falsedad firme que circula en Internet desde hace muchos años, pero ni el café solo, ni el limón solo, ni el agua caliente en ayunas, ni ninguna de las anteriores sustancias mezcladas son un recurso para perder peso, o perder grasa o adelgazar.
“El efecto lipolítico (reducción del tejido adiposo) solo se consigue a través de un plan alimentario que aporte un menor requerimiento calórico del individuo, acompañándolo de un aumento de la actividad física, que por consiguiente aumentará la necesidad calórica, consiguiendo así un estado de balance calórico negativo. En suma, si comemos menos de lo que necesita nuestro organismo para vivir y, nos movemos más, podremos disminuir el tejido adiposo y por consiguiente perder peso”, sostuvo la especialista.
Además, el consumo en exceso del café y el limón puede llegar a ser nocivo para tu salud, debido a que el café es un estimulante del sistema nervioso a través de la cafeína que puede ocasionar la aceleración del ritmo cardíaco, dificultades para dormir e incluso problemas cerebrales y irritación de la mucosa gástrica; por su parte, el limón en exceso puede dañar el esmalte de los dientes y el revestimiento del esófago, así como provocar acidez estomacal.
No sigas las dietas de las redes sociales
Si tienes como meta bajar de peso y buscas dieta ‘efectivas’ que te prometen que lograrás tu objetivo en un corto tiempo, es posible que estés atentando con tu salud. Si tu dieta no está planificada por un especialista que previamente analizó tu estado físico y vio que no tengas ninguna complicación en tu organismo, será muy difícil conseguir cambios a corto o largo plazo. Los cambios son proceso que deben ser realizados bajo una supervisión médica.
“El tratamiento en cuanto a la dietoterapia debe ser individualizado, a cada paciente hay que darle un plan de alimentación de acuerdo no solo a su grado de obesidad, sino también es importante hacer una evaluación de cómo está su metabolismo, si tiene el azúcar o el colesterol elevado o si es hipertenso. Todo plan de alimentación debe ser indicado por un profesional competente en el área y que haga una evaluación integral del paciente”, indicó Frechtel.
Aplicar ayunos o dietas virales no son la solución para tu pérdida de peso, debido a que son difíciles de sostener con el tiempo y tener el efecto rebote. “Los ayunos prolongados o las dietas cetogénicas que aparecen en las redes sociales tienen sus peligros, implican cambios en el metabolismo que son perjudiciales para la salud. Hay que hacer planes de alimentación de acuerdo a la evaluación de un profesional, no tomar cualquier consejo alimentario y llevarlo adelante”, agregó el especialista en nutrición.
¿En cuánto tiempo se logran resultados?
Cada logro es distinto y esto se debe por distintas razones como la edad, tamaño, género, las actividades que realices en el día, la intensidad que entrenas y la fuerza de voluntad. El empezar a realizar alguna actividad física es importante, pero no solo trae progreso en el aspecto físico, sino también en tu organismo o estado mental. Si comienzas o tienes pensado en ir al gym, te explicamos desde que semana, aproximadamente, lograrás ver un resultado en tu físico.
- 2 semanas entrenando: Notarás una mejora de la capacidad aeróbica y condición física general. Notarás que te fatigas menos, te costará menos trabajo respirar durante el ejercicio y te recuperas más rápidamente.
- 4 semanas entrenando: En este periodo tu cuerpo ya estará adaptado al entrenamiento y podrás realizar ejercicios más intensos, o con mayor carga, siendo un menor esfuerzo y molestia. Además, Tu capacidad aeróbica seguirá mejorando y comenzarás a notar un aumento de la masa muscular.
- 6 semanas entrenando: En este periodo es donde los cambios físicos son más visibles y las personas que te rodean comienzan a ver tus resultados. Tu masa muscular toma protagonismo y la grasa se va reduciendo de tu cuerpo.
- 2-3 meses entrenando: La mejora de la composición corporal será evidente, y te plantearás objetivos nuevos y mucho más específicos. Si transcurrido este plazo los resultados no son evidentes, es el momento de pararse a reflexionar y ver qué por qué tu plan de preparación no está funcionando.
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