Todo tiene su final. Microsoft anunció que la Xbox Series X, la futura competencia de la PS5, no soportará Kinect y los juegos para este periférico no serán retrocompatibles con la nueva consola, cuyo lanzamiento está programado para fines de 2020.
Phil Spencer, el CEO de Xbox, confirmó este detalle de la Xbox Series X cuando hablaba del lanzamiento de Xcloud y la integración con Gamepass.
“Nuestra intención es que todos los juegos que no requieran Kinect se puedan jugar en la Xbox Series X desde el mismo lanzamiento”, señaló. Luego Spencer agregó que la Kinect definitivamente no será compatible con la nueva consola de Microsoft.
Era cuestión de tiempo para confirmar que la Xbox Series X no tendría soporte para este accesorio, debido a la ausencia del puerto propietario dedicado al Kinect. A esto se suma que las actuales Xbox One S y Xbox One X tampoco tienen el mismo puerto.
Xbox Series X, por lo tanto, pone punto final a Kinect, un accesorio que salió al mercado en 2010 para la Xbox 360. El proyecto del periférico tuvo por objetivo competir contra los mandos de la Nintendo Wii, aunque nada pudo hacer frente la tecnología japonesa.
XBOX | Menos consolas
El adiós a una era. Microsoft anunció que la fabricación de la Xbox One X se detuvo para dedicar más recursos a la nueva consola Xbox Series X, la competencia de la PS5 de Sony en la industria gamer.
Un representante de Microsoft señaló para Verge que “nos estamos encaminando hacia el futuro con la nueva Xbox Series X, por lo que hemos decidido dar un paso lógico y detener la producción de la Xbox One X y la Xbox One S All-Digital”.
Cabe precisar que Microsoft no paralizará por completo las Xbox One. La compañía aseguró que continuará la fabricación y venta del modelo estándar de la Xbox One S, convirtiéndose así en la única versión disponible a nivel mundial.