El Real Madrid conquistó su decimocuarta Champions League, con su triunfo 1-0 ante el Liverpool en el Stade de France de Saint-Denis, en un éxito difícil de explicar desde la estadística, que muestra un dominio abrumador del cuadro inglés, que se topó con el recital de Thibaut Courtois. No hay un dato de la final, que no sea defensivo, que muestre superioridad del club merengue sobre los ‘Reds’. De ahí la grandeza de un deporte como el fútbol, que premió el ejercicio de resistencia del equipo de Carlo Ancelotti y su apuesta táctica para poner freno a un equipo que solamente se había quedado en un partido sin marcar de los 25 últimos que disputó.
Los 23 disparos de los jugadores de Klopp se toparon con un gigante. Courtois detuvo nueve a puerta, especialmente brillante en seis paradas decisivas que decantaron la final. Cuatro a Mohammed Salah que, lejos de sacarse la espina de Kiev, profundizó su herida abierta con el Real Madrid. Los de Ancelotti tres disparos, solamente uno a puerta, el de Vinícius Junior a la red y hasta desperdiciaron dos contragolpes finales para vencer por mayor ventaja en el marcador.
La verticalidad del Liverpool y la velocidad de sus ataques en transición se comprueba en que pese a realizar 73 intentos de superar a la defensa madridista, por 24 del Real Madrid, la posesión acabó igualada a un 50 por ciento. Fue clave el crecimiento de Luka Modric en el partido, la mejoría de Casemiro que perdió numerosos balones en el primer acto y se entonó en el segundo.
Pero ni siquiera en la labor defensiva de recuperación de balones de un Real Madrid que se replegó en su terreno cuando marcó y Ancelotti renunció al plan que tenía diseñado, con la entrada de Rodrygo y el paso al 4-3-3, le hizo superar a su rival. 47 balones recuperados por los dos equipos, 536 pases completados de 611 los ‘reds’ (88% de acierto) por 446 los madridistas de 525 (85%).
El posicionamiento en bloque bajo de Ancelotti provocó que el Liverpool, con mayor carga de partidos en sus titulares en el último mes en el que se jugó su temporada, realizase más kilómetros (114,3 por los 111 de los jugadores del Real Madrid).
Los datos de UEFA no aportan ningún registro favorable al equipo español, que al apostar por el contragolpe incurrió en más fueras de juego (4 por 1), regateó menos (14 por 17) y pisó menos las zonas clave del campo (11 veces por 20 del rival). Fue obligado a jugar en largo y tan solo dejó cuatro pases en área rival por 23 de los ‘reds’.
Solamente en defensa se reflejó el trabajo de 90 minutos de máxima intensidad de unos jugadores unidos en el esfuerzo. Bloquearon los madridistas 8 disparos del rival, ganaron 18 duelos por 14 del Liverpool, realizaron más entradas con éxito (15 por 9), y despejaron como pudieron los continuos ataques que recibieron, hasta 17.
La final quedará para la posteridad como la mayor exhibición de un portero en una gran cita. Courtois, con sus nueve paradas, subió la media que ya le coronaba como portero más decisivo de la Liga de Campeones. Hasta 61 paradas en toda la competición, una media de 4,7 por partido y logró su quinta portería a cero en los trece partidos del torneo para sacarse a lo grande la espina clavada en Lisboa.
Con la información de EFE
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