Para ser un futbolista profesional no todo es color de rosas, y la vida del máximo goleador del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, es una historia de superación: "irme de casa fue el momento más difícil de mi carrera, de largo", confesó el delantero portugués en conferencia de prensa. Con tan solo 12 años, Cristiano fue contratado para jugar en las divisiones inferiores del Sporting de Lisboa y, por ello, "CR7" tuvo que hacer un difícil sacrificio; dejar a su familia en Madeira y mudarse solo a Lisboa.
La Academia – el lugar donde se forman los jóvenes elementos del Sporting de Lisboa – estaba en plena construcción y fue así que Ronaldo acabó viviendo en el centro de la capital portuguesa, en la pensión Dom José ubicada en la avenida Duque de Loulé en el último piso de un inmueble antiguo y con aparente deterioro. A 25 euros la noche – precio que se mantiene hasta el día de hoy – la rústica pensión Dom José fue la residencia de Cristiano Ronaldo por casi un año.
"El sporting nunca había tenido a un jugador lejos de sus padres siendo tan joven", declaró el encargado de divisiones inferiores, Aurélio Pereira a la agencia EFE, "lo normal era esperar a que tuvieran por lo menos 15 o 16 años" comentó. Aún lejos de su familia y tras superar una operación al corazón, Cristiano Ronaldo demostró ser un crack, pues sorprendió a los directivos del Sporting de Lisboa con sus habilidades y se ganó el puesto de titular. Su esfuerzo, trabajo y perseverancia ocasionó que luego de cuatro años, el Manchester United lo contrate por 18 millones de euros cuando tenía 18 años.
Según Transfermarkt, hoy en día, Cristiano Ronaldo tiene un valor de 110 millones de dólares. El actual jugador del Real Madrid llegó al club blanco en el 2009 con 24 años y por un valor de 98 millones de dólares. El delantero portugués ha ganado tres veces el Balón de Oro, la Champions League, el Mundial de Clubes y, a lo largo de su carrera, ha anotado más de 500 goles y es el máximo goleador histórico del Real Madrid entre otros sorprendentes récords.
Son muchos los sacrificios que tienen que realizar los futbolistas profesionales para poder vivir de su pasión. El primero y más importante, es dejar, siendo muy pequeños, a un lado la familia, para así, potenciar sus habilidades en un club lejos de su ciudad natal. Estos niños futbolistas deben afrontar posibles casos de tráfico de menores, falsos representantes, presión por parte de las familias y entrenadores, cumplir con rigurosos horarios de entrenamiento, bullying de los compañeros de equipo y hacer frente a lesiones que los marginen de una carrera en el fútbol. Según la ONG francesa, France Football, solo el 3% de niños futbolistas llega a ser un futbolista profesional exitoso.
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(VP)