Sin derramar lágrimas, orgullosos como vinieron aunque dolidos por el marcador, Islandia se va de la Eurocopa tras devolver a su país algo del orgullo nacional perdido en los últimos años con una concatenación de desgracias y desastres varios.
Ya fuese la crisis financiera que derrumbó los bancos del país hace ocho años, la erupción del volcán Eyjafjalla que paralizó el tráfico aéreo, o la polémica aparición de su primer ministro en los Papeles de Panamá, el nombre de Islandia no solía llegar bien acompañado.
Pero los 23 muchachos islandeses, la mayoría de los cuales se ganan la vida en ligas menores, han conseguido que durante dos semanas todo el mundo haya hablado de este diminuto país de solo 330.000 habitantes.
Para el país nórdico ha sido su primera participación en la fase final de una competición. Muchos de sus futbolistas se han revalorizado y se han hecho un nombre en el fútbol mundial. Islandia se prepara ahora a recibirlos como héroes, porque pocas veces una derrota fue tan dulce.
Fuente: EFE
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(EZ)