Después de terminar una exitosa carrera como jugador, Henrik Larsson quiso seguir en el fútbol, pero como entrenador. De hecho, el sueco es técnico del Helsingborg. En este club dirigió a su hijo, Jordan, quien quiere seguir los pasos de sus padre como atacante.
Sin embargo, la desgracia para los Larsson, en el fútbol, llegó con el descenso del Helsingborg. El cuadro sueco jugó los playoffs para quedarse en la máxima división. Sin embargo, cayó contra el Halmstad con un global de 3-2. Lo peor de todo: perdió la categoría en casa.
Los hinchas del Helsingborg, enardecidos por el resultado final, invadieron la cancha, todos con los rostros cubiertos. Un grupo de ellos rodeó a Jordan Larsson para quitarle la camiseta. El delantero no opuso resistencia ni dijo nada.
No obstante, uno de los radicales suecos le tiró dos puñetazos en el rostro al hijo del Henrik Larsson. El atacante de 19 años retrocedió y logró escapar de entre la multitud. Con un gesto, respondió la mala actitud de los fanáticos extremos del Helsingborg.
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Los hinchas del Helsingborg, enardecidos por el resultado final, invadieron la cancha, todos con los rostros cubiertos. Un grupo de ellos rodeó a Jordan Larsson para quitarle la camiseta. El delantero no opuso resistencia ni dijo nada.
No obstante, uno de los radicales suecos le tiró dos puñetazos en el rostro al hijo del Henrik Larsson. El atacante de 19 años retrocedió y logró escapar de entre la multitud. Con un gesto, respondió la mala actitud de los fanáticos extremos del Helsingborg.
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