Cuando se realizó el sorteo de la Copa Libertadores en diciembre de 2018, la sensación del hincha de Sporting Cristal fue de optimismo. El club celeste fue cayó en el grupo C, una serie que sobre el papel parecía accesible -o por lo menos, pareja-, y que hacía pensar en que una clasificación a octavos de final.
Si bien Godoy Cruz y Unión de Concepción de Chile hicieron buenas campañas en sus ligas, el único que asomaba como ‘cuco’ era Olimpia de Paraguay que, al igual que Sporting Cristal, había arrasado en su liga local. Era el gran favorito del grupo y finalmente cumplió con las expectativas, al clasificar en el primer lugar.
Los celestes tuvieron un 2018 casi perfecto, en el que pasaron por encima a cuanto rival se les puso al frente. Además, al momento del sorteo, contaba con la totalidad del plantel que había salido campeón (luego Marcos López y Gabriel Costa se fueron del club). El optimismo en hacer una buena Copa Libertadores era más que entendible.
Pero una vez más la realidad de encargó de tirarse abajo las ilusiones rimenses. La caída ante Unión de Concepción en Chile por 5-4 fue el primer golpe. Luego el empate de local ante Godoy Cruz y, finalmente, la derrota 3-0 en casa ante Olimpia parecían sepultar sus opciones.
Sin embargo, gracias al triunfo ante Unión de Concepción en Lima, los celestes quedaron con chances de clasificar a la Copa Sudamericana, algo que finalmente consiguieron el jueves por la noche, cuando derrotaron a Olimpia 1-0, en Asunción.
Si bien las aspiraciones de Sporting Cristal apuntaban a avanzar en la Copa Libertadores -es una deuda hace muchos años-, no se puede minimizar el logro que significa haber llegado a la Sudamericana.
Claro, el equipo de Claudio Vivas no mostró el rendimiento esperado y decepcionó en algunos partidos (sobre todo en Lima ante Godoy Cruz y Olimpia), pero es mezquino decir que llegar a la Copa Sudamericana es un ‘premio consuelo’. De hecho, con el año que ha tenido Sporting Cristal, hasta resulta meritorio.
Los posibles rivales en la Copa Sudamericana
Estos son los equipos a los que podrían enfrentar Cristal y Melgar:
Porque los celestes han tenido una temporada llena de altibajos. Primero, con el cambio de técnico. A inicios de año se nombró al colombiano Alexis Mendoza, pero en menos de un mes dejó el cargo, y unos días después Claudio Vivas fue anunciado como su sucesor. En el plano administrativo, también hubo cambios, con el nombramiento de Carlos Benavides como presidente para luego anunciarse que no seguiría en el club.
La parte deportiva tampoco ha sido ajena a los problemas. Las partidas de Gabriel Costa y Marcos López afectaron la base del equipo y los refuerzos tardaron en adaptarse. Encima, Christofer Gonzales, uno de los jales que mejor estaba rindiendo, se lesionó y se perdió dos partidos de la Copa Libertadores (y ante Godoy Cruz solo jugó unos minutos). Por último, también sufrió la lesión de su goleador, Emanuel Herrera, aunque este fue bien reemplazado por Cristian Palacios en la posición de ‘9’.
Además, permanecer en una competencia internacional implica un ingreso económico nada despreciable. Jugar la Copa Sudamericana significa que club se embolsará 375 mil dólares, más lo que pueda ganar por taquilla.
Obvio, se competía por un objetivo mayor y la ilusión de la Copa Libertadores siempre está presente en el hincha celeste. Pero, luego de todo lo que pasó Sporting Cristal este año, y al estar prácticamente fuera de todo torneo internacional (tenía que ganar a Olimpia y esperar otro resultado) seguir compitiendo a nivel internacional termina siendo una recompensa. No es la Libertadores, pero sí un torneo de jerarquía y que ya sabe de triunfos peruanos. Y Cristal, que ha sabido salir adelante ante cada tropiezo, seguro sabrá responder.
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