El sueldo mínimo en Venezuela es 5.2 millones de bolívares. Seis soles, en Perú. No alcanza ni para una lata de atún (7 millones de bolívares). Eso, entre otras cosas, obliga a que al menos un miembro de la familia –tenga la profesión que tenga– labore en el extranjero y mantenga a los suyos a la distancia.
No tienen otra opción. Y seguramente nadie quisiera pasar por una situación similar. Por eso, aunque todo trabajo es digno, Arquímedes Figuera sabe que lo que sufrió es xenofobia.
► Venezolano Arquímedes Figuera denunció haber recibido insultos xenófobos en Arequipa
“No me avergüenzo de ser venezolano. Y si tengo que vender arepas, como me dicen en los insultos, lo hago”, escribió en su Instagram. Y su queja tiene razón: su expulsión en Arequipa es totalmente criticable, pero nada tiene que ver con un tema social.
Por eso, uno de los que salió en su defensa fue Aldo Corzo, con un potente mensaje en Twitter: "Tengamos memoria histórica y valoremos en en algún momento a algún familiar, amigo o conocido le dieron la mano afuera de nuestro país. La grandeza de nuestro Perú se mide por nuestra gente y nuestros actos".
Aunque Arquímedes Figuera no quiso hablar más del tema, también sabe que los agresores, en este caso, son minoría. Y las redes lo demostraron: gran cantidad de hinchas cremas le brindaron su apoyo. Igual, no pasa desapercibido. Hay que desterrar los prejuicios.