Después de 12 años, la Selección Peruana volvió a ganar fuera de casa al derrotar 4-1 a Paraguay. ¿Cuáles han sido las claves del partido? Aquí te dejamos cinco conclusiones de la histórica victoria de Perú en Asunción.
Sin importar quién esté al frente o el escenario, Ricardo Gareca –se ve desde la Copa América Centenario– no renunciará a su estilo de juego (al menos desde el inicio). Siente que con el 4-2-3-1 la presión alta es posible y efectiva; es decir, Perú, en Asunción, no salió a recuperar el balón cerca al arco de Pedro Gallese, sino al de Diego Barreto. ¿Por qué? Sencillo: así se iba a incomodar la salida del rival (a Paulo Da Silva y Gustavo Gómez les costó sacarla limpia).
Si en Sao Paulo, Christian Cueva la 'rompe' en esa posición, no hay razón para ubicarlo por fuera. 'Aladino' se siente cómodo cuando se junta con Paolo Guerrero (el '9' aguanta y es a él al primero que busca) y conduciendo desde el mediocampo cuando se arma la contra. Ayer sorprendió por esa vía en el segundo y tercer tanto, muy similar a lo que graficó con el 'Tricolor' frente a Corinthians, el último sábado, en el Brasileirao.
A pesar de que el tanto de Cristian Riveros llegó con una torpe salida de Alberto Rodríguez y, posteriormente, de André Carrillo, nunca se cambió el libreto. Las líneas mantuvieron el orden y se apeló a una salida con la pelota al suelo y, a su vez, triangular en los últimos metros. Encima, cuando Renato Tapia asumió mayor protagonismo, la pelota llegó sin tanto bache para Cueva. Los espacios se dieron y golpeamos con velocidad.
El 'Tigre' no alteró el sistema, a pesar de las tres variantes. "El ingreso de Nilson fue para que vaya teniendo clima para el partido ante Brasil (Miguel Trauco recibió su segunda amarilla)", dijo el técnico. Sí, pero no solo fue pensando en el cotejo del martes, sino el que aún no terminaba. La idea, aprovechando su velocidad, era cerrarle el espacio a Derlis González, quien se abría espacios por la punta derecha (llegar a la línea de fondo y sacar los centros). Lo de Andy Polo fue para brindarle oxígeno al ataque (André Carrillo ya había hecho el desgaste). Hizo recorridos y se juntó, a través de paredes, con Christian Cueva.
En la parte final de los trabajos en Videna, del último martes, Ricardo Gareca se concentró en la 'chamba' de tiros libres. Pero sobre todo en función de ataque. En la misma, Christian Ramos fue pieza clave: siempre partiendo desde el punto de penal y buscando el segundo palo. Tanto esfuerzo tuvo su recompensa. El empate llegó por esa misma vía.
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