Inglaterra ha dejado de ser es un espacio sideral y se ha convertido más bien en una banda de obreros sin complejos.
Sin el marketing que gozaba Beckham, Lingard lleva sobre su espalda la ‘7’. La carga y no le pesa, a sus 25 años de edad. Claro, no es precisamente un jugador de PlayStation, pero sí un volante indiferente a conversar su peinado durante los 90 minutos.
Sin la expectativa que generaba en el 2006 – con Frank Lampard, Steven Gerrard y Paul Scholes- Inglaterra ha derrochado un juego sobrio y – si exigente nos ponemos – hasta poco estético, en Rusia 2018. Y sin tener el rótulo de favorito, se metió a la semifinal.
Bajo la impronta del técnico Gareth Southgate, Inglaterra juega y parece estar convencido de ganar su segunda Copa del Mundo, con una generación de futbolistas cuyo promedio de edad es de 25.9, la cual la convierte en la tercera selección más joven del Mundial.
Pero, ¿qué hay detrás de lo que parece un exitoso recambio generacional? Más allá de los trabajos en la pizarra, el DT Gareth Southgate se preocupó en incluir una psicológica a su staff. Se trata de la Doctora, Pippa Grange, que hoy es jefa de Desarrollo de Personas y Equipos de la Selección de Inglaterra.
Con más de 20 años de experiencia trabajando con deportistas y con un doctorado en psicología aplicada, el compromiso de Pippa Grange en la Selección de Inglaterra se enfoca en consolidar una cultura de equipo. El nosotros por encima del yo.
Según el diario británico, ‘The Sun’, esta materia la aprendió en su estadía en Australia, cuando supervisó los cambios que afectaban el Fútbol Australiano, el deporte más popular de dicho país.
Entre hombres rudos, Pippa Grange evidenció la fragilidad que esconde el pensamiento del deportista de alto rendimiento, un ser que se agota naturalmente por la presión constante.
“El éxito no se da, se gana”, es la frase que adorna con carteles lo que es hoy el nuevo gimnasio de Inglaterra, un espacio en el que Pippa Grange trabaja los miedos de Harry Kane y su banda.