Todo un guerrero. El 'Principito' no se quebró, ni aunque su cuerpo lo demandaba. Aguantó como hasta el final, decidió infiltrarse en todos los partidos de Rusia 2018 para no fallar al compromiso mundialista de México. El volante disputó los cuatro cotejos soportando el dolor, recién operado, y pocos lo supieron.
Andrés Guardado dio una lección al grupo que disputó el Mundial Rusia 2018. De entrada, en la preparación del torneo, soportó y llevó la rehabilitación de la mejor forma, al cuerpo técnico de Juan Carlos Osorio le dijo que estaba listo para jugar la Copa del Mundo.
Meses antes, luego de la lesión muscular que sufrió en el muslo derecho ante Las Palmas el 19 de abril, volvió a jugar con el Betis también con dolor. “No he salido del dolor, le dije al doctor que, si es necesario, me infiltre. Pero debo pensar en el futuro, también en el Mundial. Me gustaría estar dentro del campo en esta recta final”, reveló Guardado en la recta final de La Liga.
Ya concentrado con el 'Tri', justo antes del Mundial, el 16 de mayo, el mediocampista fue operado por ‘precaución’, en Torreón por el doctor Jorge Clifton, quien le realizó un lavado quirúrgico y una descompresión del nervio peroneal por atrapamiento. La operación fue exitosa, según el médico del Tri, José Luis Serrano, y el kinesiólogo Carlos Peçanha, y la rehabilitación se esperaba rápida y sencilla, a tiempo para viajar a Rusia.
Tras perderse los partidos contra Gales y Escocia, el mediocampista de 31 años de edad volvió a jugar hasta el último partido previo al torneo veraniego, ante Dinamarca, inició y salió de cambio al descanso. Se mostró listo para disputar el Mundial.
Pero la duda de Osorio no desapareció. El técnico colombiano reconoció que aún existía riesgo en el estado del Principito, por eso es que cuando se descartó finalmente al lesionado Diego Reyes, en lugar de apostar por un reemplazo en defensa ya había visualizado que Erick Gutiérrez fuera el jugador 23, por si lo requería como volante por izquierda ante una posible baja de Guardado.
Sin embargo, Guardado no se quebró, aguantó como los grandes. Aunque el dolor persistió, el volante del Betis decidió que podía jugar infiltrado y así disputó los cuatro partidos, duró en cancha 307 minutos de los 360 del Tri en el Mundial.
La infiltración es un método de inyección que provoca en el jugador un estado de alivio del dolor momentáneo; es la aplicación de antiinflamatorios en la zona afectada.
NO TE PIERDAS
Contenido de Mag.
Te puede interesar: