Sábado 11 de noviembre de 2017. Túnez y Libia empatan 0-0 en el último partido del grupo A de las Eliminatorias africanas. El reloj marca los 46 minutos del segundo tiempo y en el estadio Olímpico de Radés los hinchas locales amenazan con invadir el campo. El sueño de estar en Rusia solo es cuestión de segundos y la emoción desbordante. El árbitro se lleva el pito a la boca, decreta el final y certifica la clasificación de ‘Las Águilas’ a una Copa del Mundo después de 12 años de ausencia.
El estadio empieza a corear el nombre de sus nuevos héroes. Todos merecen los aplausos, pero los tunecinos reconocen a uno en especial. Tiene 28 años, es central y desde atrás ha sido uno de los pilares de la clasificación. Su experiencia europea y coraje se ha visto en cada uno de los ocho partidos que Túnez ha disputado para llegar al Mundial. Hoy juega en el Marsella, no obstante, un buen papel en Rusia podría colocarlo en un mejor club. ¿Su nombre? Aymen Abdennour.
En Túnez, no hay niño que no quiera ser como él, no hay hincha del fútbol no que no admire su entereza y entrega. Semejantes características corresponden a uno de los mejores defensores de la historia: Carles Puyol. Así precisamente lo llaman en su país y de esa forma se hizo de un nombre en el competitivo balompié del ‘Viejo Continente’ al punto que el Barcelona quiso ficharlo en 2015 a pedido de Luis Enrique.
En Abdennour radican las esperanzas de 11 millones de tunecinos de pasar, por primera vez en su historia, a una instancia de octavos de final. No hace los goles, pero los evita como pocos pueden hacerlo en su selección. Hasta aquí, el mejor resultado que logró Túnez en una Copa del Mundo fue un triunfo ante México en 1978 y con Aymen esperan revertir la tendencia. Experiencia le sobra.
Quien repase la carrera de Abdennour se topará con un currículum lleno de clubes más que interesantes. Empezó su carrera en casa, en el Étoile du Sahel, donde marcó 16 goles en 33 partidos. Cifras espectaculares para tratarse de un defensor. Un año más tarde, el 'nuevo Puyol' fue cedido al Werder Bremen, pero la suerte no lo acompañó y el regreso a su club de origen no tardó en darse.
Abdennour siguió jugando como en el inicio de su carrera y con el tiempo, el fútbol francés tocó su puerta. En 2011, Toulouse lo fichó a cambio de 1.2 millones de euros. Pasaron dos temporadas y su fútbol correspondía a un club más grande. Es así que el AS Mónaco se hace con sus servicios por 6 millones.
Si ya sabía lo que era jugar en un equipo grande, era hora de mudarse a una liga de mayor nivel y donde alcanzaría la fama definitiva. En 2015, se convirtió, por 25 millones de euros, en uno de los centrales más caros en la historia de Valencia. Jugó 43 partidos en total, pero en verano pasado sus aventuras en la Liga Santander llegaron a su fin.
Con 28 años encima, Abdennour ya es un central consolidado y si bien no se ha ganado el título de indiscutible en el Marsella, será el motor de Túnez en el Mundial Rusia 2018. Toda la fe de un equipo está puesta en su juego.