De ser parte de Yugoslavia a pasar a ser Serbia y Montenegro y, finalmente, Serbia, por decisiones políticas, que históricamente siempre han tenido que ver con el fútbol. La desintegración de la que fue un reino que agrupó a varios estados afectó a todo nivel. Y así fue que, desde el 2006, se formó la Selección de Serbia como tal, un combinado que dirá presente en la fiesta de la que todos quieren ser parte este año: el Mundial.
“Pocos hinchas creían que nos clasificaríamos después de ocho años fuera de los grandes torneos, pero yo no hubiera asumido el cargo si no lo creyera posible”, fue lo primero que se le vino a la cabeza a Slavoljub Muslin, el entrenador que ayudó a que el sueño de volver a las competencias importantes sea posible. Y es que, luego de su discreta participación en Sudáfrica 2010, las ‘Águilas blancas’ -como se les conoce- no alcanzaron cupo para Brasil 2014 ni las Eurocopas del 2012 y 2016.
La sonrisa y alegría que mostró Muslin con esa declaración se borró al cabo de tres semanas de la clasificación al Mundial, con el anuncio sorpresivo de su destitución, de parte de la Federación de Fútbol de Serbia. Mladen Krstajić, en ese mismo comunicado, fue anunciado como el técnico de forma interina, situación que terminó por cambiar a definitiva en diciembre del año pasado. Desde ese día, los serbios trabajan contra el tiempo, a comparación de otros clasificados al Mundial.
Si bien uno de los motivos del cese del cargo de Muslin fue un rendimiento bajo del equipo en el último tramo de las Eliminatorias europeas, Serbia consiguió clasificarse como líder de su grupo por encima de Irlanda y Gales, con seis partidos ganados, tres empatados y apenas una derrota. Con 21 puntos, los serbios sacaron su boleto directo a Rusia 2018, con una ventaja de dos y cuatro sobre los irlandeses y galeses, respectivamente.
Las ausencias de Milinkovic-Savic y otras jóvenes figuras en las convocatorias de Muslin también influyeron para que los dirigentes decidan el fin de su período. Andrija Zivkovic, Marko Grujic, Milos Veljkovic y Nemanja Maksimovic, además de Milinkovic-Savic, campeones del Mundial Sub 20 en el 2015, parten como los jugadores a seguir en un evento en el que, por edad, ya deben mostrar su influencia y demostrar que dejaron de ser promesas para convertirse en realidad.
Eso, de la mano de Nemanja Matic, Aleksandr Kolarov, Branislav Ivanovic, entre otros. Los primeros desafíos serán Costa Rica, Serbia y Brasil. ¿Estarán a la altura?