La enorme distancia, el intenso frío y la escasez de dinero no son razones para no decir presente en el Mundial Rusia 2018, si es que realmente hay ganas. Se puede llegar en bus, en moto, y ahora Martin Atkinson, árbitro inglés, probará que también es posible montando bicicleta, así sea durante casi 3,000 kilómetros.
Dos razones son las que motivan a este juez de 47 años, que dirige en la Premier League desde 2005 y tiene 349 partidos a cuestas. El primero es su intención de ayudar. Convocado por la ONG Whistle Stop Tour, Atkinson será la imagen de una campaña que recaudará dinero para cuatro hospitales locales. A cambió, deberá pedalear desde Staffordshire hasta Kaliningrado, donde Inglaterra chocará con Bélgica el 28 de junio, día de su llegada.
Atkinson partió el lunes 11 de junio, en el primero de los 18 días en los que planea hacer el recorrido. Tanto llamó la atención esta campaña que antes de comenzar a pedalear, Whistle Stop Tour había informado que ya se habían recaudado US$ 69 millones, quedando a solo 11 de la meta (80). "Hace dos años recorrí los 20 estadios de la Premier en bicicleta. Fueron alrededor de 1,600 kilómetros, así que estoy preparado", comentó.
La segunda razón precede a la primera, y es algo muy personal: por primera vez desde el Mundial de Francia 1938, no habrá un solo árbitro británico en la Copa del Mundo. Mark Clattenburg estaba entre los candidatos, pero el año pasado decidió renunciar y dirigir en la liga árabe. Sí, Atkinson no está yendo a dirigir, sino, y nada más, a cumplir este desafío.
"El trabajo de los jueces ingleses en la última década es intocable. Que no haya ninguno en el Mundial no quiere decir que el nivel haya bajado", justificó Atkinson, quien no estará solo en este viaje. John Moss, otro árbitro inglés de 47 años, lo acompañará. Que la frustración desencadene en una obra de caridad es para aplaudir.