Unos padres de familia en Australia le dieron una valiosa lección a sus tres menores hijos que no quisieron acompañarlos en un viaje de carretera. (Foto: Cassie Langan en Facebook)
Padres llevan a su módem de paseo en vez de a sus hijos

Los viajes familiares son una oportunidad para compartir tiempo de calidad con nuestros padres y hermanos; sin embargo, los más pequeños de la casa dependen tanto de la tecnología que prefieren pasar su tiempo dentro de cuatro paredes sin despegarse de su acceso ilimitado al Internet.

Unos padres en decidieron hacer que sus tres hijos experimentaran lo que ellos vivieron cuando chicos con un viaje diurno a Warrnambool, una ciudad ubicada en la gran carretera oceánica en el estado de Victoria pero lo que no se imaginaron es que los menores responderían su generosa oferta con un rotundo no.

Determinados con llevar a cabo su aventura, Chris y Cassie Langan optaron por dejar a sus ingratos hijos y, en su lugar, invitaron al módem de la casa, al que fotografiaron ‘posando’ en varias locaciones de su recorrido. En una publicación de , el aparato es apreciado bronceándose en la playa o degustando una deliciosa comida.

“Le preguntamos a nuestros hijos si querían ir a un viaje diurno a Warrnambool hoy y nos topamos con un ‘Eso suena aburrido, no queremos ir’. Chris y yo decidimos que en vez de llevar a nuestros 3 ingratos hijos, los dejamos que se quedaran en casa y nos llevamos al integrante de familia más trabajador para un día de descanso… nuestro módem”, escribió.

Sin duda, el módem tuvo un fantástico día sin tener que esforzarse al máximo para proveerles Internet a los pequeños ni aguantar sus constantes quejidos, a excepción de un adolescente llamado Evan –al parecer un familiar de la pareja– que se sentía algo avergonzado de salir en las fotos del módem.

Hasta el momento, la publicación de Facebook de estos creativos padres de familia ha sido compartida más de 48 mil veces, tiene más de 111 mil reacciones y 29 mil comentarios de usuarios que alabaron su original iniciativa para disfrutar de un día de relajo y, de paso, darle una lección a sus hijos.

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