El 2023 ha estado marcado por los avances y la mayor exposición de la Inteligencia Artificial, en especial en habilidades como el dibujo y la escritura. Se han difundido preguntas simples, entrevistas completas (ChatGPT), expresiones inquietantes, imágenes insólitas y posibilidades gráficas, como el futuro de ciertas ciudades si no hubiera sucedido un hecho histórico, lo que ha sorprendido a los usuarios. La interacción con esta tecnología se llevó al cine, hace diez años, en una historia romántica protagonizada por Scarlett Johansson y Joaquin Phoenix, que está disponible en Netflix.
El cine, como todo arte, abre la puerta a los mundos posibles en su exploración. La historia planteada en 2013 tampoco fue fácil de filmar. Los actores tuvieron una tortuosa escena, más que incómoda, en la simulación de un encuentro sexual de manera verbal: solo con sus voces, uno de los momentos más particulares del filme.
Johansson contó que Phoenix terminó huyendo del set después de fingir un orgasmo. De ella se escuchaba solo su voz; de él, cuerpo y alaridos en una cama. La situación fue perturbadora para las estrellas: “Nunca quieres oír tu voz, y definitivamente no quieres oír cómo suena cuando tienes un orgasmo. Definitivamente no quieres escuchar cómo suenas teniendo un orgasmo falso. Es tan asqueroso. Fue muy extraño”, dijo la estrella en el podcast Armchair Expert.
El rodaje, que fue un reto, no cayó solo en un estado ahíto para el actor del “Joker”, sino que también conoció a Rooney Mara, con quien se comprometió tres años después, en 2016. Si bien el amor no surgió de manera espontánea, la coincidencia en el plató generó un vínculo entre ambos. En 2020, nació su hijo River, un nombre en homenaje al fallecido hermano del intérprete estadounidense.
EL AMOR DESPUÉS DEL AMOR
“Her” (“Ella” en español) es el título de esta película romántica, bajo la lógica de la ciencia ficción, que protagonizan Joaquin Phoenix y Scarlett Johansson en 2013. La cinta, dirigida y escrita por Spike Jonze, ganó un Premio Óscar a Mejor guión y es considerada una de las mejores historias de su género de los últimos años.
La ficción tiene a Theodore Twombly y Samantha como personajes principales. El primero es un escritor de cartas de amor a pedido y ella, una Inteligencia Artificial que la ayuda en su rutina diaria. El hombre, que atraviesa un divorcio, se enamora del sistema operativo, con quien comparte hasta la intimidad a través de la voz. Entra en el estado del amor después del amor: entre el dolor y una esperanza.
La propuesta de Spike es arriesgada pero no escapa de la lógica del amor convencional: un varón que fortalece vínculos de desconocidos a través de sus misivas románticas e, irónicamente, está desconectado del resto de las personas. Su única relación sólida la mantiene con una herramienta tecnológica muy avanzada, lo que podría convertirse, en poco tiempo, en una realidad como se plantea en la pantalla grande.
Una de las grandes virtudes de “Her” es mostrar una de las tantas posibilidades del avance y desarrollo de la Inteligencia Artificial y cómo afectaría en la cotidianidad. Y, por supuesto, exponer que los cambios en el mundo no significan que desaparezcan la soledad de las personas, su marginalidad y su impotencia para enfrentar el desamor.
O también su entereza para superar ese aislamiento que muchas veces se refuerza en un mundo más que globalizado, donde la humanidad está arraigada y atascada en las fibras tóxicas del uso excesivo de las redes sociales y, por qué no en un futuro próximo, de la Inteligencia Artificial. Theodore lo entiende al final, cuando calla y, junto a su vecina, disfruta del atardecer en silencio, sin esa voz acusmática que prometía solo confort, una utopía.