Si eres de las personas que busca tener una vida saludable, pero desiste en el proceso, es muy posible que tus hábitos no sean los correctos. Puedes alimentarte de forma saludable a diario, sin una dieta estricta y restrictiva, solo debes saber qué cosa y cuánto comer, para ello, tu dieta debe ser rica, suficiente, completa, equilibrada y sostenible. Recuerda, que no existe un alimento que contenga todos los nutrientes esenciales para nuestro organismo.
Una alimentación equilibrada debe estar conformado de consumo de proteínas, fibra, grasas buenas y carbohidratos de forma moderada, asimismo, tienes reducir el consumo de otros que contengan alto contenido de grasas saturadas, dulce y sal. La clave de una dieta y estilo de vida saludables es la variedad, la moderación y el ejercicio físico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que una nutrición balanceada puede ser el factor más importante para reducir las enfermedades, basándose en las evidencias científicas que relacionan la alimentación y la salud. La ingesta de alimentos variados que aporten los nutrientes necesarios, junto a la actividad física, un peso adecuado y una correcta hidratación, son los fundamentos principales no solo para mejorar el estado de ánimo y los niveles de energía, sino también el sistema inmunitario.
Consejos para llevar una alimentación saludable
Para lograr tus objetivos debes mejorar tus hábitos y consumir nutrientes en las cantidades adecuadas para tener cubierta todas sus necesidades y no caer en la tentación de comer más de lo que tu cuerpo te permite. Una buena forma de empezar hoy mismo una dieta saludable diaria es aplicando estos 7 sencillos consejos.
1. Alimentos variados
Cada alimento cumple con una función y la variedad de nutrientes se obtiene comiendo un poco de todo. “Se recomienda consumir 30 alimentos diferentes (en una cantidad mínima determinada) al día”, indicó Ángeles Carbajal Azcona, profesora de nutrición de la Universidad Complutense de Madrid. Tus platos de comida deben estar conformados por cereales, frutas, verduras, aceites, lácteos, carnes, etc. Debido a que, ningún alimento contiene por sí mismo todos los nutrientes necesarios.
2. Ingerir las mismas calorías que el cuerpo consume
Para controlar las calorías que se consumen y evitar ingerir más de las necesarias, la recomendación pasa por realizar cinco comidas al día, evitar picar entre horas y mantener bajo control alimentos fritos, procesados, embutidos, refinados y dulces.
3. Comer más frutas y verduras
Las verduras contienen agua, hidratos de carbono y fibra. Por el contrario, no poseen mucha grasa, nada de colesterol y te mantienen saciado por más tiempo. También cuentan con casi todos los minerales y vitaminas hidrosolubles. Un claro ejemplo es la dieta mediterránea, que promueve el consumo de cereales, frutas, verduras, vegetales, menestra y fibra.
4. Mantente hidratado
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), indicó que el agua es imprescindible para el mantenimiento de la vida. “El consumo recomendado es de 1 o 2 litros al día, o lo que es lo mismo, de 4 a 8 vasos aproximadamente”. No está incluido las bebidas azucaradas ni el alcohol que no aportan nutrientes interesantes para nuestra salud.
5. Consume más proteína
Los alimentos de origen animal son la principal fuente de proteínas y de vitamina B 12. 3 o 4 raciones de pescado (azul y blanco) y entre 3 y 4 huevos a la semana son una buena proporción. En cuanto a la carne, es preferible consumir carne blanca, como pollo, pavo o conejo, sin grasa. En cambio, una ración de carne roja a la semana es suficiente.
6. Moderación en las cantidades
La dieta debe aportar la cantidad de energía necesaria para el correcto funcionamiento del organismo. Además, es conveniente comer moderadamente para evitar la obesidad. Con esta medida se previenen enfermedades relacionadas con el exceso de peso, como la hipertensión arterial, algunas enfermedades cardiovasculares, la diabetes y algunos tipos de cáncer.
7. Limitar los alimentos con muchas grasas, sal y azúcar
El consumo excesivo de grasas saturadas, azúcar y/o sal puede tener efectos negativos para nuestro organismo. La mejor forma de limitar estos ingredientes es fijarnos en las etiquetas nutricionales que indican la cantidad de azúcares simples, grasas saturadas y sal. La base de nuestra dieta deben ser alimentos frescos y vegetales.
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